Lenguaje
Dificultades
Además de su papel en la comunicación, el lenguaje desempeña una función vital en el pensamiento del niño. El adulto emplea el leguaje para dirigir la atención hacia aspectos cruciales de la situación e, incluso, para sugerir estrategias de solución de problemas.
A medida que los niños se desarrollan, emplean el lenguaje para dirigir sus propias actividades. Al principio puede que sea una imitación del lenguaje que los adultos usan para darles instrucciones, pero pronto lo transforman en un «reportaje en directo» de sus acciones. El siguiente paso es el uso del lenguaje para hablar de lo que están a punto de hacer. Se cree que en ese momento el lenguaje se interioriza como el «discurso interior» que nos permite planear y dirigir nuestras actividades. Un niño con problemas del lenguaje, como es el caso del autista, se halla por tanto disminuido en estos aspectos del pensamiento y la planificación. Además, puede que el niño autista no preste atención a las instrucciones de los adultos y sea incapaz, por tanto, de adquirir la función directiva del lenguaje; la «atención túnel» puede significar que no se preste atención a las instrucciones verbales en la tarea.
En toda tarea que implique memoria se usa el lenguaje para codificar la información de modo que tenga significado (como cuando a las formas se les da el nombre de un objeto familiar al que se asemejan, por ejemplo: «se parece a un árbol»). Esto hace que sea más fácil tanto recordar como incorporar a la memoria estructuras que se basan en el lenguaje. El hecho de que los niños autistas no dispongan del lenguaje para este tipo de «codificación» puede ayudar a explicar el hecho de que sus recuerdos aparentemente no estén conectados en forma de un corpus de conocimientos sobre el mundo o de «esquemas» de conocimiento.
Enfoques posibles
Como ya hemos mencionado se puede animar al niño a emplear formas pictóricas o visuales de codificar la información para memorizarla de modo eficaz. Se ha dicho que muchos niños autistas piensan en términos visuales y todas las actividades en este campo deberían basarse en ello. Cuando un niño que no habla emplea un lenguaje de signos como alternativa al lenguaje, hay que estimularle a que lo use mientras realiza la tarea -¡lo cual no es fácil si esta requiere ambas manos!- y a que vaya de forma gradual adelantando en el tiempo el lenguaje de signos, de modo que lo emplee para planear acciones.
Imitación
Dificultades
Muchos niños autistas con capacidad verbal parecen imitar muy bien y producir réplicas exactas de las emisiones oídas, incluyendo patrones de entonación y acentos. Pero la «exactitud» de la imitación de emisiones que repiten da una pista de los problemas concretos que los niños autistas tienen en general para imitar. La imitación de acciones tiene idénticas características que la de emisiones que hay que repetir, en el sentido de que el niño autista copia los movimientos con precisión y no 1os ajusta a su propio marco de referencia. Por ejemplo, si el adulto se da un golpecito en la rodilla, el niño autista se inclina y golpea la rodilla del adulto, en tanto que otros niños relacionarían la acción con su propio cuerpo y se darían un golpecito en la rodilla.
En el lenguaje, el niño autista no adopta el papel de otro en el juego simbólico, sino que repite exactamente lo que ha oído en esa situación (pregunta: «¿quieres una galleta?» para expresar su deseo de una). La imitación del niño autista tiene, por tanto, una cualidad «parásita» y es difícil emplearla como técnica didáctica. Además, puede que el niño autista no imite en absoluto y que no relacione en modo alguno sus acciones con las del adulto, .o también que imite sin tener en cuenta el significado del gesto.
Enfoques posibles
Las dificultades de imitación significan que la profesora no puede confiar en que se produzca el aprendizaje de habilidades sociales o de cualquier otro tipo de modo incidental. Puede que merezca la pena dedicar algún tiempo a enseñar al niño autista a imitar, pero incluso en este caso rara vez generalizará de modo útil a situaciones nuevas.
La dificultad fundamental sigue siendo la incapacidad para seleccionar conductas significativas que imitar, y es probable que el niño imite tanto conductas irrelevantes o indeseables como conductas socialmente aceptables. Si, a pesar de estas dificultades, se elige la imitación como técnica válida, se debe enfocar de modo especial. En vez de sentarse frente al niño y esperar que reproduzca las acciones, la profesora tiene que sentarse al lado del niño para ejecutar el modelo. Si es necesario, se puede llevar a cabo frente a un espejo, por ejemplo, para imitar las expresiones faciales.
La imitación verbal se puede emplear para estimular a un niño mudo a vocalizar; pero enseñar a repetir de forma mecánica palabras sin que el niño las comprenda y en contextos artificiales es más probable que conduzca a una imitación no comunicativa que a un uso productivo del habla. La imitación de palabras se debe llevar a cabo cuando el niño haya demostrado su comprensión de las mismas, y aún así deben ser limitada a contextos funcionales.
Fuente: The Special Curricular Needs of Autistic Children: Learning and Thinking Skills - CENTRO ESPECIALIZADO DE RECURSOS EDUCATIVOS- IRAKASBALABIDEETARAKO ETXEA (IBE-CERE) Departamento de Educación, Universidades e Investigación. Gobierno Vasco
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