Juguetes ruidosos, nuevas tecnologías para escuchar música a altos volúmenes durante largos lapsos de tiempo, resfríos mal curados. Estos serían los principales factores que contribuyen a la aparición de un fenómeno que ya preocupa a los especialistas: los deterioros auditivos son detectados en chicos de edades cada vez más cortas.
Tres informes conocidos recientemente en la Argentina y en Estados Unidos abonan esta preocupación. El argentino detectó problemas auditivos en el 35% de los chicos sometidos a un estudio en escuelas primarias de la Provincia y de capital. Y mientras uno de los desarrollados en Estados Unidos llegó a la conclusión de que uno de cada ocho chicos sufre una pérdida auditiva provocada por el ruido en ese país, el otro destacó que la pérdida de la audición crece y que el ruido es el responsable en un tercio de los casos.Los estudios coinciden en destacar que no existe una real conciencia de la magnitud del problema entre los padres.
Es por eso que los especialistas no sólo impulsan campañas para combatir la exposición al ruido, sino que sugieren que se implementen leyes que establezcan la obligatoriedad de estudiar la audición de los chicos a edades tempranas.
Desde el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata, Silvia Bermúdez afirma que en nuestra ciudad, los casos de hipoacusia provocada por el ruido entre adolescentes se ubican en un rango de entre un 6 y un 8%. Con todo, reconoce que sería necesario hacer una evaluación en chicos en edad escolar. Y se admite que en los estudios realizados sobre adolescentes se detecta un factor preocupante que es el deseo de exponerse a altos niveles de ruido.
El estudio realizado en escuelas porteñas y bonaerenses consistió en una prueba de inteligibilidad del habla en ambientes ruidosos. Se trató de hacer escuchar a 450 alumnos de entre 6 y 13 años oraciones que debían repetir, inicialmente sin ruido y en una segunda ocasión con ruido de entre 5 y 20 decibeles. El sencillo test arrojó la alarmante cifra de un 35% de alumnos con alguna disfunción que le impedía oír bien con ruido ambiente.
El porcentaje fue considerado muy alto por los especialistas del Laboratorio de Investigaciones Sensoriales del Conicet que estuvieron a cargo del estudio, que se diseñó a pedido de la Asociación Civil Voluntaria Independiente para la Opción desde la Niñez (Acción).En sintonía con los resultados de ese trabajo, un informe del Children's Hearing Institute de Estados Unidos informó recientemente que la pérdida de la audición está en aumento en ese país y que un tercio del daño está provocado por el ruido.Otro informe, de la American Academy of Audiology, sumó preocupación al afirmar que uno de cada 8 chicos sufre una pérdida auditiva provocada por el ruido en Estados Unidos, lo que equivale a alrededor de cinco millones de chicos que tienen una discapacidad evitable que padecerán por el resto de su vida.
Los especialistas destacaron la importancia de la implementación de test que tengan en cuenta la precoz aparición de estos problemas, que de otro modo no se detectan, por lo general, hasta que están muy avanzados.Los últimos estudios mencionados se refieren también a los factores que motivan el fenómeno y sugieren acciones preventivas a seguir. Destacan, en ese sentido, que el riesgo auditivo comienza cuando uno necesita gritar para ser escuchado por alguien que está muy cerca.
Los juguetes ruidosos y las nuevas tecnologías para escuchar música con auriculares (Ipods y MP3) son algunas de las fuentes de preocupación de los especialistas.Al referirse a los reproductores de MP3 los trabajos indican que uno a todo volumen produce 105 decibeles. Y si bien en un momento se pensó que el problema podría ser salvado mediante el uso de auriculares que se colocan sobre las orejas y no dentro de ellas, también se detectó que el usuario suele aumentar el volumen hasta niveles peligrosos para evitar el efecto del ruido ambiente.
Entre los consejos que surgen de los estudios los hay destinados a los padres y se relacionan con juguetes y horarios de exposición a fuentes de ruido.
En ese sentido, se propone probar el nivel de ruido de los juguetes antes de comprarlos, verificar que tengan control de volumen y hasta establecer pautas para que, los que sean ruidosos, sólo se utilicen en espacios abiertos.También se recomienda promover las actividades silenciosas, como leer, mirar películas, armar rompecabezas, usar juegos de construcción o educativos, dibujar y pintar.
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