Gianni Rodari, el reconocido pedagogo italiano y una de las mentes que más honda y poéticamente penetró en el universo del juego infantil, señaló que “el niño, durante su crecimiento, atraviesa una fase en la que los objetos le sirven sobre todo como símbolos. Es la fase en la que se instituyen las funciones simbólicas del lenguaje y del juego para convertirse en componentes de la personalidad”.Jugando, los niños toman las riendas, se transforman en protagonistas activos de sus experiencias, llevándolas a un marco donde pueden elaborarlas y hasta introducir modificaciones, de allí que jugar sea en la infancia cosa bien seria, y que al disociar el juego del aprendizaje no hacemos más que separar al niño de su herramienta innata para conquistar el conocimiento de sí mismo y del mundo que lo rodea, con sus leyes y particularidades.Al mismo tiempo, todo juego se sitúa en un aquí y ahora que manifiesta un concreto espacio de autoafirmación, de integración al presente, de toma de decisiones y delineado de límites al crear un marco que permite una estructuración subjetiva y apropiación de la identidad.Como vehículo de estas experiencias y aprendizajes, los juguetes cumplen un rol esencial, promoviendo que el niño exprese su libremente su vitalidad, su emocionalidad y su pensamiento, ayudando a su desarrollo integral y preparándolo para la inserción social. De allí la importancia de brindarle las herramientas lúdicas necesarias para articular estos procesos plenamente.Sin embargo, en la actualidad y desde hace varias décadas, la observación sensible respecto del potencial de los juguetes adecuados para cada edad se ha ido perdiendo, dejando la elección en manos de los mercados, las modas, el merchandising mediático, y de una industria que cada vez prioriza con más determinación el deslumbramiento fugaz, el asilamiento, la virtualidad y sentencia a muerte a la imaginación creadora y la experiencia de la infancia.
Ya en los años ‘20 Rudolf Steiner, filósofo y padre de la pedagogía Waldorf, hablaba acerca de la necesidad de brindarle al niño juguetes que sean pantallas abiertas para recibir sus proyecciones imaginativas, objetos a completar creativamente, confeccionados con materiales nobles y delicados y sobre todo con simpleza. “Los juguetes han de permitir espacio libre a la fantasía (...) los juguetes libres en contacto libre con otros niños no deben estar supeditados a un rígido compás, sino en lo posible acomodarse a la fantasía espontánea del niño”, afirmaba el pedagogo austriaco. Como contracara de los juguetes que hoy se comercializan, saturados de información y estridencias, actualmente las escuelas Waldorf, como las Montessori, invitan a los niños a jugar con materiales bellos y sensibles, de formas inacabadas que insinúan en vez de determinar, donde cada uno proyecta una imagen única e irrepetible, avivada por la calidez de su fantasía.Si desde el nacimiento el niño es autoguiado por el deseo de reconocerse a sí mismo en las relaciones con el mundo que lo rodea, cada uno de los objetos a su alrededor imprimen en su interioridad y en su cuerpo impresiones sensorias de un profundo impacto en el desarrollo de su ser. Cómo no poner entonces especial cuidado en la elección de los juguetes con los que se relacionan los niños, más aún si se trata de niños con discapacidad, ya que a través de ellos se integrarán en el mundo, estimularán su mente, sus emociones y su cuerpo, venciendo las barreras de comunicación social que su discapacidad muchas veces le impone.
Juguetes y discapacidad
A pesar del valor de la experiencia lúdica y de lo sencillo que es diseñar juguetes aprovechables por todos los niños sin importar su condición, un estudio realizado recientemente en España demostró que apenas el 5% de los juguetes fueron accesibles para personas con discapacidad visual, auditiva y motora, sin la necesidad de adaptaciones o ayuda de terceras personas.
El análisis concluye, además, que la accesibilidad global de los juguetes va disminuyendo conforme aumenta la edad.El estudio se dio a conocer en la publicación “Juego, juguetes y discapacidad. La importancia del diseño universal”, de la Asociación de Investigación de la Industria del Juguete (AIJU). Este libro de distribución gratuita proporciona a las empresas que forman la industria juguetera española los datos de accesibilidad a los juguetes para personas con discapacidad visual, auditiva, motora e intelectual, extraídos del estudio de investigación realizado desde 1999 por el departamento de pedagogía de AIJU conjuntamente con la ONCE, el Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas y la Asociación Síndrome de Down de Valencia, financiado por el Impiva.Estudios como éste han señalado la escasa o nula accesibilidad de los juguetes y que una pequeña variante inclusiva puede generar en un niño abre caminos cuyos efectos apenas pueden medirse.Un conjunto de profesionales españoles que trabajan brindando herramientas y recursos para la inclusión (REDES) han divulgado en Internet un video con la experiencia de Emiliano, un niño de 9 años con discapacidad múltiple que apenas mueve un dedo pulgar. Los técnicos del equipo adaptaron una serie de juguetes aplicándoles un pulsador para que Emiliano pueda comandar con su dedo. Los resultados son sorprendentes, con la simple acción de pulsar un botón y activar un muñeco que baila, el niño estalla en una risa plena, una sensación de dicha jamás experimentada en su vida. Y este es apenas un ejemplo que demuestra que aún en casos severos o en estadios primarios como el de los bebés, el juego está presente y con él el germen de la proyección personal.Una experiencia similar se llevó a cabo también en España a través del trabajo de estudiantes del instituto Miralcamp de Vila-real y el colegio de Educación Especial Pla d’Hortolans de Burriana al iniciar un programa de colaboración donde adaptaron juguetes para que sirvan de apoyo a la educación de niños con problemas de psicomotricidad de dichas localidades. Para los especialistas que coordinaron esta apuesta, no sólo es importante que se ahorre dinero en la compra de los juguetes especiales, sino que también se profundice en la sensibilización de los alumnos del instituto, quienes valoran que lo que ahora están haciendo va a tener una utilidad social y educativa.
¿Juguetes diferenciados o juguetes para todos?
Más allá del destacado valor de estas adaptaciones, sobre todo para el beneficio de los niños con discapacidad motora severa, el ideal de accesibilidad radica en que no haya diferenciación entre juguetes convencionales y juguetes para niños y niñas con discapacidad. Es significativo que el diseño de los juguetes sea realmente para todos, ya que al tratarse de un vehículo de integración social donde el compartir genera experiencias y hábitos saludables, los niños con o sin discapacidad deberían poder utilizar y disfrutar de los mismos juegos en similares condiciones. Esto es muy importante, sobre todo cuando se trata de juegos entre hermanos con diferentes condiciones.Por esta razón, y sabiendo que la calidad de los materiales y el planteo de las formas cumplen un papel importante en la motivación del niño, se aconseja a los padres que elijan juguetes versátiles, que permitan distintos modos de interacción y a los que se les puedan modificar y adaptar las reglas, para que el niño no se sienta frustrado y pueda encontrar distintas alternativas.También debe ponerse especial atención en que los juegos que utilicen los niños mayores sean adecuados a su edad, aunque estén atravesando una etapa de desarrollo anterior. Del mismo modo se hace necesario consultar con los especialista médicos o rehabilitadores para que los juguetes no perjudiquen los procesos con que los terapeutas se encuentren trabajando.Otro punto a resaltar es la especificidad que a veces implica pensar en qué juguetes son más aprovechables según las distintas discapacidades que porten los pequeños.De acuerdo con el estudio realizado por los investigadores españoles de AIJU, los niños con discapacidad auditiva son los menos perjudicados con la falta de consideración de la industria juguetera mundial y han manifestado apenas algunas dificultades en realizar secuencias de juego planificadas o en sustituir metafóricamente el rol de un objeto por otro.A la hora de recomendar juguetes y adaptaciones, los especialistas recomiendan no descartar los juguetes con sonido, ya que permiten el juego compartido con los niños sin discapacidad, aunque desde ya que deben tener una opción de vibración o luz para un pleno aprovechamiento. En cuanto a los niños con discapacidad visual, se ha comprobado que disfrutan de los juguetes que tienen variedad de sonidos, vibran o presentan diversas texturas. También se invita a que los padres provean de matices en cuanto a los materiales, ya que la variedad invitará al niño a una mayor exploración. Esto, desde ya, sin descuidar el atractivo visual, siempre apuntando a que puedan ser compartidos con niños con otras características.
Al mismo tiempo se recomienda que tengan un diseño sencillo y realista, que posibilite la identificación de su forma por el tacto. También deben ser compactos, resistentes y que no contengan piezas muy pequeñas o desmontables. Si son libros, estos pueden tener relieves, texturas o textos en Braille. Lo más importante es que frente a una posible apatía del niño por explorar el mundo que lo rodea, el adulto debe estar atento a generar espacios de motivación sin que esto le genere al niño una dependencia hacia su persona. Los niños con discapacidad motora o dificultades de movimiento son de los menos considerados por el mercado de los juguetes. El desafío de los padres será entonces adaptar los juguetes, ya sea electrónicos o de encastre, para que puedan aprovecharlos y comenzar a estimular sus habilidades motrices, que aunque mínimas, serán de gran ayuda para su vida adulta.
Por eso es importante que los niños puedan tener fácil acceso a todas sus posibilidades o funciones lúdicas y que no exijan mucha rapidez de movimientos o que los obliguen a efectuar movimientos simultáneos.Estos juguetes deben ser estables, o estabilizarse con materiales antideslizantes, como también engrosar las piezas, agarraderas y manijas e incorporar elementos en relieve que estimulen el contacto.En el caso de los niños con discapacidad mental, probablemente los juguetes no requieran de adaptaciones, pero sí deben ser simples y atractivos, debido a que las personas con discapacidad intelectual reciben, procesan y organizan la información con mayor dificultad y lentitud. El reto aquí es motivarlos con juguetes y juegos que presenten pequeños desafíos que ellos puedan conquistar y sentirse estimulados, porque la percepción de los estímulos sensoriales favorece su desarrollo cerebral y mejora sus capacidades funcionales, incluso llegando a establecer modificaciones trascendentes que promuevan el aprendizaje.Tampoco se deben descartar ciertas propuestas de entretenimiento capaces de ser disfrutadas por cualquier niño, como el teatro de títeres. En su versión de teatro de varillas, figuras o sombras, estos objetos permiten una muy fácil manipulación que puede ser accionada por algunos niños con discapacidad motriz severa. Además, las varillas son simples de adaptar. Incluso en los niños con dificultades del habla, a través del relato de un cuento por parte de un adulto, ellos pueden accionar las figuras y desarrollar las secuencias leídas.
Crecer y divertirse
Y no sólo los juguetes pueden ser intervenidos para brindar una experiencia lúdica y estimulación sensorial. Muchas veces los niños con discapacidad deben convivir con toda otra serie de objetos de apoyo, desde aparatos ortopédicos, prótesis, bastones, sillas, etc. Implementos que también pueden resultar muy agobiantes y que mínimamente embellecidos, “suavizados”, serían material de estímulo y juego, o al menos alivianarían su carga dramática y estigmatizadora. Un niño que aprende a divertirse también aprende a construir su autoestima, incluso llegando a reírse con sus propios límites.
Por suerte, estos espacios para el desarrollo de la fantasía, la creatividad y la diversión pueden facilitarse sin necesidad de invertir mucho dinero. La tecnología puede brindar muchas alternativas y herramientas, y el cine y las series animadas pueden mostrar mundos y situaciones maravillosas, pero la experiencia del juego se nutre más de intenciones y deseos que de circuitos y accesorios, simuladores o efectos 3D. Según consta en la Declaración por el Derecho del Niño a Jugar, de la Asociación Internacional del Derecho del Niño a Jugar, reconocida por Naciones Unidas, UNESCO y UNICEF, “Se reconoce el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. (...) Se respetarán y promoverán el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento”. Esta declaración no sería necesaria si nuestra sociedad actual no hubiese llevado la experiencia de la infancia al borde del abismo, destruyendo las plazas, creando juguetes tóxicos, tomando los televisores y los videojuegos como niñeras y padres sustitutos, divorciando la experiencia del juego de la construcción de conocimiento, etc.
* http://www.tecnum.net/ju guetes.htm (juguetes adaptados).- Kids like me (Chicos como yo)
* http://www.youtube.com/watch?v=nmmmP53LlkQ. Video que muestra cómo adaptar un juguete a batería para incoporarle un pulsador.
3 comentarios:
Hola,
llegué a este blog buscando información sobre juguetes para discapacitados. Este artículo me pareció muy, pero muy bueno, sobre todo porque acuerdo con la postura. Entonces quiero preguntarles si podría incluirlo en nuestro blog, obviamente citando la fuente.
Los invito a conocernos en: hogarcrecer.blogspot.com
Por lo demás que pude ver me agradó la variedad de temas abordados y con tanta claridad!
Espero la respuesta y les dejo un abrazo.
Corina
Por supuesto Corina que puedes reproducirlo!
Compartir es la unica manera de Crecer.
Estamos a tu disposicion y suerte con su blog.
Abrazo
Claudia
Muchas gracias! Los seguiré visitando
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