El examen puede ser especialmente valioso para las familias que albergan trastornos genéticos ligados al sexo, como la hemofilia, añadieron los expertos.
Debido a que estos trastornos sólo atacan a los niños, sabiendo que el bebé es una niña las madres podrían prescindir de procedimientos de diagnóstico como la amniocentesis, que conlleva un pequeño riesgo de aborto involuntario.
"Se podría reducir el número de procedimientos invasivos que se realizan por las condiciones específicas genéticas", dijo la doctora Diana Bianchi, de la Tufts University School of Medicine, quien trabajó en el estudio.
El examen busca pequeñas piezas de los cromosomas sexuales masculinos en la sangre de la madre, en caso de llevar en su vientre un niño, a las siete semanas de embarazo.

Algunos hospitales europeos ya confían en el método, llamado ADN fetal libre de células, aunque no está disponible en la medicina de Estados Unidos.
"Lo que están encontrando en Inglaterra es que muchas mujeres no van a tener que realizarse controles invasivos".
En esos procedimientos, los médicos extraen una pequeña cantidad del fluido que rodea al feto (amniocentesis) o toman una muestra de la placenta (muestra de vellosidades coriónicas). Entre una de cada 100 y una de cada 600 madres abortan como resultado, de acuerdo a Bianchi.
Algunos investigadores expresaron su preocupación acerca del examen, diciendo que podría ser utilizado para interrumpir un embarazo si el bebé no es del sexo deseado.
"Lo que hay que tener en cuenta es la ética de esto (...) Recuerde que el género no es una enfermedad", dijo la doctora Mary Rosser, un obstetra y ginecóloga del Centro Médico Montefiore, en Nueva York.
Fuente: Reuters Health
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