La medida surgió con la idea de mejorar las destrezas psicomotoras y cognitivas de personas con problemas físicos o psíquicos.
Durante estos cinco años se han realizado terapias para tratar una gran variedad de problemas tales como trastornos autistas, discapacidades intelectuales, síndrome de asperger, daño cerebral adquirido, discapacidades físicas -parálisis cerebral y esclerosis múltiples - y trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad.

¿Por qué con leones marinos? «Es un animal exótico, agradable al tacto y que se relaciona muy bien con la gente,es muy motivante para los niños», explica Abel Ibáñez, gerente del Río Safari. En primer lugar, el parque ofreció la interacción con leones marinos como una actividad de ocio más pero «tras ver la buena acogida que tuvo decidimos llevarlo a la rama terapéutica y la verdad es que estamos muy contentos», afirma.
A nivel general, la conclusiones muestran resultados «muy favorables». Los niños aumentan sus niveles de atención y las conductas impulsivas se reducen en un 50%, el pulso de los participantes también disminuye tras las sesiones y se aprecian mejoras en las emociones. Además, los familiares observan una mejora en las relaciones internas y la calidad de vida. Todos estos resultados se han medido objetivamente mediante estudios.
El proyecto tiene detrás el trabajo de un gran número de profesionales. Cada sesión acoge hasta catorce personas. El parque ofrece dos entrenadores, un psicólogo y dos ayudantes de terapias, que se suman a los participantes, que son entre cuatro y seis, y sus acompañantes, normalmente familiares o trabajadores de su asociación.
La medida tiene también un gran desembolso económico que este año corre a cargo íntegramente de la Fundación Río Safari.
Uno de los grandes logros de la fundación es que ofrecen el servicio de forma totalmente gratuita, un enorme esfuerzo dado el presupuesto destinado para las terapias: en torno a 85.000 euros anuales. En 2009 La Caixa aportó 15.000 euros y para el próximo año aumentará la subvención a 20.000 pero este año no cuentan con patrocinadores. No obstante, «seguimos adelante con el proyecto aunque no consigamos financiación externa», asegura.
Cada sesión cuenta con tres fases.
La primera se prolonga durante quince o veinte minutos y tiene como objetivo la socialización, el aclimatamiento de los pacientes al agua y el ambiente. «Es una toma de contacto para que los niños se acostumbran y cojan confianza», señala uno de los terapeutas.
A continuación se reservan cinco minutos de relajación para que los niños realicen ejercicios de estimulación cognitiva. Tras ello, se procede a la interacción con el animal - uno por sesión -, que dura media hora aproximadamente.
Se trata de un trabajo «riguroso». Aunque las terapias se llevan a cabo en la época veraniega, los encargados trabajan durante todo el año con los leones para conseguir un buen resultado. El objetivo, concluye, es «seguir creciendo» y la lista de espera «es cada vez mayor».
Fuente: laverdad.es
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