
La posibilidad de que una persona con discapacidad pueda formar parte de una comunidad depende de los requerimientos de cada orden: "Lo importante es que esta discapacidad no constituya un obstáculo o dificultad insuperable para poder llevar adelante la vida propia de la congregación. No se trata de una especie de discriminación, sino más bien de un acto de caridad para con estas personas, pues puede ser muy frustrante para ellas el no poder realizar aquello a lo que se han comprometido al emitir los votos", según la web www.vocacion.org
Las Discípulas del Cordero es una orden fundada en 1985, basada en la Regla de San Benito y en el camino de la Infancia Espiritual de Santa Teresa del Niño Jesús. La comunidad fue reconocida en 1990 por el entonces Arzobispo de Tours, Mons. Jean Honoré, como una asociación pública de fieles laicos, un estatus confirmado en 1995 por el entonces Obispo de Bourges, Mons. Pierre Plateau. Su lema de vida es el "Ora et labora" benedictino y aparte de la vida interior realizan trabajos de costura, bordados, repostería... Actualmente son 10 hermanas en este monasterio de Le Blanc del que hablamos y según una de ellas, responsable de la comunidad, "la discapacidad más grave es la producida por el pecado, que obstaculiza la vida de Dios en el alma".
Para más información se puede visitar la página web de la Arquidiócesis de Bourges: http://catholique-bourges.cef.fr/communaute/religieuses/agneau.htm
Fuente: Cope.es
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