
Un grupo de investigadores del Servicio de Enfermedades Infeccisas del Hospital Carlos III de Madrid ha validado mediante un test genético que se puede predecir la capacidad de curación de la hepatitis C, tanto en pacientes monoinfectados como en coinfectados por VIH.
Los investigadores han estudiado a un grupo de población de 164 individuos en el que se ha podido determinar la fuerte asociación entre la presencia de un polimorfismo dentro del genoma y la curación de la infección por el virus de la hepatitis C. Esta vinculación dota a los médicos de una nueva herramienta para la toma de decisiones a la hora de determinar los tratamientos más adecuados a cada paciente.
El virus de la hepatitis C afecta a más de 170 millones de personas en todo el mundo, y se vuelve crónica en el 80% de los casos. En ellos, el tratamiento estándar, a base de interferón y ribavirina, tampoco logra curar a todos los pacientes: se estima que entre un 50-60% de los infectados sólo por el virus de la hepatitis C se curan, mientras que tan sólo lo logran el 40% de los pacientes coinfectados con el virus de la hepatitis C y el VIH -un grupo muy numeroso-.
Entre los factores que reducen las posibilidades de curación, además de la coinfección con VIH, se encuentran características individuales del paciente, como el sexo -responden mejor las mujeres al tratamiento-, la edad -siendo los más jóvenes los que tienen mejor pronóstico-, la raza -las personas africanas responden peor que los caucasianos- o las enfermedades subyacentes del hígado, que complican el proceso.
Además, en cuanto a los factores virales, el virus de la Hepatitis C tiene cuatro genotipos principales. De ellos, se sabe que los infectados con los genotipos 2 y 3 responden mejor al tratamiento, pero en España y otros países occidentales prevalece el genotipo 1 del virus, que tiene una respuesta peor.
Tratamiento personalizado
Sin embargo, ninguno de estos datos ya sea de forma aislada o en conjunto es suficiente para excluir de la indicación de tratamiento a ningún paciente, por lo cual siempre que existan unos criterios mínimos, el tratamiento se intenta en la mayoría de los pacientes. Una vez que se inicia, la evolución de la carga viral sirve también como indicativo de la probabilidad de curación. Esto hace que se expongan al tratamiento pacientes que no se beneficiarán de él, habiendo sufrido un tratamiento agresivo, costoso y que tiene efectos secundarios importantes.
Ante esta situación, un grupo de investigadores de Estados Unidos estudiaron hace unos meses la secuencia completa del genoma humano. Se encontró una serie de polimorfismos en una región cercana al gen de la Interleucina (IL) 28b (Interferón lambda), que determinaba en gran medida la probabilidad de curación con el tratamiento: si un paciente tenía una de las formas del polimorfismo (CC), la probabilidad de curación con el tratamiento aumentaba al triple. Este estudio, realizado sobre pacientes monoinfectados con el virus de la hepatitis C, se validó por equipos científicos de EE.UU, Japón, Australia y Suiza.
La novedad del estudio llevado a cabo por el Servicio de Enfermedades Infecciosas es que nunca antes se había probado la asociación de este polimorfismo con la respuesta al tratamiento en pacientes coinfectados con el VIH, lo que hace que este estudio sea pionero en el mundo, y que vaya a ser presentado en el próximo CROI 2010, en San Francisco, el principal congreso internacional sobre retrovirus e infecciones oportunistas.
Según los investigadores, si se instaurara de rutina la evaluación de este polimorfismo en el gen de la IL28b se daría a los médicos una herramienta útil para decidir comenzar, o no, con el tratamiento. Si se combina esta evaluación genética con el resto de características del paciente (genotipo viral, edad, sexo, etc.), se podrá elaborar un modelo que sirva a los facultativos para prever con mayor certeza las probabilidades de cada paciente de curarse en función de la presencia de ese 'genotipo protector'.
Fuente: www.noticiasmedicas.es
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