Con el término "arteriosclerosis" se designan varias enfermedades en las que la pared arterial se engrosa y pierde elasticidad. La más importante y frecuente es la aterosclerosis (aunque a menudo ambos términos se utilizan como sinónimos), que se diagnostica cuando la materia grasa se acumula debajo del revestimiento interno de la pared arterial. Esta formación de depósitos de grasa en las arterias es un proceso que se inicia en una fase muy temprana de la vida, en la infancia. El objetivo actual de los médicos es descubrirla en su forma silente, es decir, cuando todavía no desarrolla síntomas, que pueden ser tan graves como el infarto de corazón o de cerebro. Para conseguirlo, se empiezan a aplicar distintos métodos de diagnóstico. La idea es poder calcular el riesgo cardiovascular que tiene una persona y, en función del resultado, tomar medidas para disminuirlo.
Evolución sigilosa
La aterosclerosis es un proceso que se desarrolla de forma silenciosa (de ahí la denominación de arteriosclerosis silente), cuya consecuencia es una disminución del calibre o luz de las arterias, que se estrechan de forma paulatina debido a la acumulación de placas de ateroma. De la misma manera, entraña el riesgo de que una de esas placas de grasa se rompa, forme un trombo o coágulo y tapone las arterias. Esta obstrucción puede causar episodios tan graves como un infarto de corazón o un infarto cerebrovascular (ictus), angina de pecho, problemas de irrigación sanguínea en las piernas e, incluso, un infarto mesentérico (en los intestinos).
Una particularidad de la arteriosclerosis es que se inicia en etapas muy tempranas de la vida. "Hemos observado en niños de 2 y 3 años pequeñas señales en sus arterias", informa Rafael Ramos, coordinador de la Unidad de Investigación en Atención Primaria de Girona y uno de los ponentes que han participado en la III Jornada de Actualización en la Atención al Paciente Cardiológico, organizada por el Hospital Universitario Dr. Josep Trueta, de Girona.

A pesar de lo explicado por el especialista, respecto al debut de la enfermedad en la infancia, no es erróneo pensar que es un problema de personas de edad avanzada. Ocurre que es un proceso muy lento y causa problemas en la edad adulta. Sin embargo, que la placa llegue a formarse o a romperse no es algo que suceda en los últimos años de vida, sino que comienza en la etapa infantil. "Como esto se desarrolla desde el principio, pensamos que podríamos ser capaces de detectar este proceso en la fase en que no da problemas, es decir, en la asintomática o silente, y así prevenir", añade Ramos.
Para evitar los efectos nocivos de la arteriosclerosis, "lo más importante es frenarla", agrega. Se desconoce si los cambios en el estilo de vida pueden revertirla, "aunque algunos fármacos pueden disminuir el número de placas de ateroma", afirma Ramos. Averiguar si los cambios en los estilos de vida pueden reducir las placas de ateroma es hoy en día una de las preguntas más candentes en la investigación sobre la arteriosclerosis.
Fuente: Clara Bassi para consumer.es
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