
Se les llama niños burbuja porque tienen que pasar sus días metidos en un espacio estéril donde ningún germen pueda amenazar su vida. Así y todo, suelen morir antes de cumplir los dos años de edad. Uno de los tratamientos existentes es el trasplante de médula ósea, pero es invasivo (es decir, una forma de intervención en el organismo, como, por ejemplo, la cirugía), no siempre eficaz y muchos niños nunca llegan a encontrar un donante compatible.
Esta patología en realidad no es una sola enfermedad sino un grupo de raras anomalías congénitas caracterizadas todas ellas por un fallo total o casi total del sistema inmune. Esto se debe a un defecto en los linfocitos B y T que nos defienden de las infecciones
Fuente: www.icarito.cl
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