
Los pacientes llegan a menudo a la unidad con un retraso de dos o tres años, y durante este tiempo realizan varias consultas médicas, pruebas, se enfrentan a la incomprensión social y muchos de ellos son diagnosticados y tratados como enfermos mentales, detalló el coordinador de la Unidad de Fatiga Crónica de USP Dexeus, Jordi Robert.
El síndrome de fatiga crónica no se reconoció como enfermedad por la Organización Mundial de Salud (OMS) hasta el año 1992. El diagnóstico se basa en los criterios clínicos establecidos por Fukuda en 1994, aunque hay una revisión realizada por investigadores canadienses en 2005. Es una enfermedad sin causa conocida, pero la mayoría de profesionales insiste en la probable relación con infecciones víricas.
Los pacientes afectados por este síndrome tienen un cansancio extremo que afecta tanto a la actividad física como a la actividad mental y que no mejora tras el descanso. Al ser una enfermedad crónica, las sintomatología persiste a lo largo de los años y aunque puede mejorar, no se han descrito casos de curación y sí se puede observar empeoramiento. Al cansancio físico y mental se añaden otros síntomas como pueden ser el dolor de músculos, las alteraciones graves del sueño, los dolores de cabeza, faringitis frecuentes, mala recuperación física tras un esfuerzo moderado y muchas veces sensación de fiebre.
Fuente: consumer.es
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