Aunque la mayoría de los jugadores lo hacen como una actividad social, agradable, "un pequeño grupo de personas practican seriamente en términos de tiempo invertido y el dinero apostado, y siguen jugando a pesar de los importantes efectos negativos a nivel personal, social, familiar y financiero", escribieron el profesor David C. Hodgins, de la Universidad de Calgary, Canadá, y sus colegas.
El problema del juego es a menudo acompañado por otros trastornos, dijeron en un artículo publicado en línea y en uno próximo a imprimir en la revista The Lancet. Por ejemplo, los jugadores patológicos (aquellos que tienen el problema con el juego más grave) tienen cuatro veces más de riesgo de abuso de alcohol, un cinco a seis veces mayor riesgo de uso indebido de drogas, y cuatro veces más riesgo de algún tipo de trastorno del estado de ánimo.

Los factores genéticos juegan un papel en los trastornos del juego, al igual que factores ambientales tales como la accesibilidad a los juegos de azar, la ubicación y el tipo de establecimiento de juego, y la exposición de los niños al juego a través de los padres con un problema este tipo.
Sólo uno de cada 10 jugadores con problemas busca tratamiento. Los autores explicaron que esta renuencia a buscar ayuda, se debe principalmente a la vergüenza, la negación y el deseo de manejar el problema por su cuenta. Para aquellos que sí buscan tratamiento, las opciones incluyen la terapia cognitiva del comportamiento, medicamentos, terapia familiar e intervenciones como Jugadores Anónimos.
Las investigaciones sugieren que aproximadamente una tercera parte de los jugadores con problemas de juego logran recuperarse y que el trastorno es transitorio y episódico en muchos casos.
"Existe una comorbilidad importante entre los trastornos de juegos de azar y los trastornos mentales o de abuso de sustancias. La forma en que los trastornos concurrentes deben ser abordados en el tratamiento de los juegos de azar no es bien entendido aún y no se ha estudiado empíricamente", escribieron los autores en un comunicado de prensa de la revista. La mayor parte de lo que se conoce acerca de los trastornos de juego ha sido descubierto en los últimos 25 años, dijeron.
"El conocimiento sigue evolucionando en paralelo con una disponibilidad creciente de las oportunidades de juego", escribieron. "El Internet, por ejemplo, está facilitando el acceso de los hogares a diferentes juegos de azar durante las veinticuatro horas del día, llegando cada vez a un número mayor de personas en todo el mundo. Así, aunque se han realizado progresos importantes, esta evolución garantiza, y muy probablemente motive, el surgimiento de investigaciones más innovadoras sobre los trastornos de los juegos de azar y su traducción al progreso clínico."
Fuente: The Lancet, noticias 18 de mayo de 2011
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