El ponente aseguró que no es cierto que todas las personas que sufren este trastorno descarten las relaciones con los demás. "Hay adultos a los que se les pregunta qué les gustaría tener, y contestan que desearían unos amigos, una familia, un trabajo. Pero ven que cuando hablan con los demás les ignoran, o se ríen y ellos no saben de qué, porque no entienden las bromas. No es que no quieran estar, sino que no saben cómo estar", enfatizó.

El docente de la Universidad de Sevilla indicó que el autismo es "un trastorno genético que tiene repercusión sobre las relaciones sociales. No es un problema que esté causado por factores sociales ni psicológicos. Es decir, una familia no puede provocar autismo en un niño". Saldaña indicó que aún se desconocen los procesos cognitivos que provocan este trastorno.
A los padres con hijos autistas, el ponente aconsejó "buscar apoyo para ellos y para el niño, pues hay recursos, y cuanto antes se acuda a ellos, mejor. Si se sospecha que el niño está tardando en exhibir conductas de comunicación, vale la pena ir a un pediatra. Siempre vendrá bien la consulta". Así, afirmó que existen centros de atención temprana donde se pueden tratar este trastorno y, además, en las escuelas se cuenta con profesorado de educación especial y siempre se puede acudir a las asociaciones especializadas.
La mejor forma de tratar a un niño autista, apuntó Saldaña, es que "esté en sociedad y que nosotros le demos el apoyo para que puedan relacionarse. Porque sólo por estar con los demás no va a aprender nada. "El autismo es una discapacidad social. Un ciego tiene problemas para ver, un sordo, para oír, el autista tiene problemas para entender cómo funcionan las relaciones con los demás. Se le debe explicar cosas tan básicas para nosotros como qué es un amigo", subrayó. El docente descartó el tópico de que el autismo va ligado a una inteligencia elevada: "Hay chicos autistas con discapacidad intelectual, con inteligencia normal y otros muy brillantes. Lo que ocurre es que estos últimos son los que más llaman la atención".
Además, Saldaña señaló que el hecho de que estos niños destaquen mucho en algo no significa que sean muy inteligentes. Como ejemplo, habló de un adulto que era capaz de reproducir cualquier pieza musical que se le propusiese, pero "no podía decir cuántos dedos hay en esta mano, no podía contar. Tenía una habilidad muy concreta". Lo único común en los autistas, añadió, es que padecen un déficit de inteligencia social.
En la actualidad, la concepción más extendida entre la comunidad científica es que el autismo no tiene cura, pero que sí se puede mejorar mucho la calidad de vida de quienes lo sufren, sobre todo si reciben tratamiento desde temprana edad, según el profesor. Saldaña señaló que la atención del autismo "hay mucho recorrido, pero aún mucho por recorrer. Se están haciendo importantes esfuerzos en la atención temprana, en las escuelas, aunque aún nos queda mucho por mejorar en cuanto a los recursos personales".
Fuente: EuropaPress
1 comentario:
Excelente artículo.
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