Según los autores, sólo alrededor de un tercio de los casos recibe la terapia o medicación necesaria porque las enfermedades mentales suponen enormes inversiones económicas y sociales ya que los pacientes normalmente no pueden ir a trabajar y sus relaciones se resienten.
Al mismo tiempo, algunas grandes compañías farmacéuticas están retirando las inversiones en investigación sobre cómo funciona el cerebro y cómo afecta al comportamiento, lo que hace recaer la responsabilidad de financiar los estudios en neurociencia sobre gobiernos y organizaciones benéficas.
En su opinión, "los pocos pacientes que reciben tratamiento lo hacen con considerable retraso, de un promedio de varios años, y rara vez con las terapias apropiadas y actualizadas".
El estudio de Wittchen duró tres años y cubrió 30 países europeos -los 27 de la Unión Europea más Suiza, Islandia y Noruega- y una población de 514 millones de personas.
El equipo de investigadores observó unas 100 enfermedades que cubren todos los grandes trastornos mentales, desde ansiedad y depresión a adicción o esquizofrenia, así como grandes enfermedades neurológicas como la epilepsia, Parkinson y la esclerosis múltiple.
Las cuatro condiciones que generan más discapacidad -medida en términos de años de vida ajustados por discapacidad, una medición estándar utilizada para comparar el impacto de varias enfermedades- son la depresión, demencias como el Alzheimer y la demencia vascular, la dependencia del alcohol y los accidentes cerebrovasculares (ACV).
Los trastornos mentales son una causa importante de muerte, incapacidad y una carga económica en todo el mundo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que para el 2020 la depresión será el segundo contribuyente a la carga mundial de enfermedades en todas las edades.
Según Wittchen, "en Europa ese futuro sombrío ya ha llegado porque las enfermedades del cerebro ya son el mayor contribuyente a la carga de enfermedades de la UE".
"Es crucial para los responsables de políticas sanitarias reconocer este problema y encontrar formas de identificar antes a los potenciales pacientes y hacer de su tratamiento rápido una prioridad", concluye el investigador.
Fuente: Sid Usal Es
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