
Los investigadores señalaron que los niños de 2 años que ingerían gluten desde antes de los 6 meses de edad tuvieron constipación "funcional significativamente más alta" (menos de tres movimientos intestinales por semana y/o heces sólidas durante dos semanas o más) que los niños que comenzaron a ingerir gluten más adelante.
Al mismo tiempo, el equipo de J. C. Kiefte-de Jong, del Centro Médico Erasmus, en Rotterdam, sostuvo que el consumo de alimentos que causan alergias, como maní, leche de vaca o huevo de gallina, en el primer año de vida, no estuvo relacionado con la constipación.
El gluten es una proteína del trigo, la cebada y el centeno, y se encuentra en muchos cereales y panes. Pero no en todos los granos. El arroz integral, el maíz, el trigo negro, el mijo, los amarantos, la quinoa, la avena, la soja y las semillas de girasol no contienen proteína de gluten.
Estudios previos habían identificado una relación entre el consumo precoz de gluten y la enfermedad celíaca, un trastorno digestivo causado por una respuesta inmunológica anormal al gluten. El trastorno daña las vellosidades de las paredes internas del intestino delgado, alterando la absorción de los nutrientes.
La enfermedad puede producir graves problemas de salud, como anemia, trastornos óseos, fatiga, descenso de peso y no tiene cura: el único tratamiento disponible es una dieta sin gluten de por vida.
Los investigadores, que publicaron su estudio en el American Journal of Gastroenterology, querían comprobar si el gluten estaba asociado con la constipación, que es el motivo principal de hasta el 5 por ciento de todas las consultas pediátricas.
A menudo aparece cuando se agregan los alimentos sólidos a la alimentación infantil y en la transición de la lactancia al uso de leche de vaca.
El equipo analizó datos de más de 4.600 niños desde el nacimiento hasta la juventud. Los padres respondieron cuestionarios a los 6 y 24 meses sobre la salud, la lactancia, el consumo de alimentos sólidos, los medicamentos y la alergia a la leche de vaca de sus hijos.
A los 24 meses, el 12 por ciento, es decir, uno de cada ocho niños tenían constipación funcional.
Tras analizar las enfermedades y la alimentación familiares, el equipo concluyó que la introducción de gluten en el primer año de vida era "un disparador de la constipación funcional" en algunos niños. Por otro lado, este problema prolongaría las alergias a la leche de vaca.
Según el equipo, las debilidades del estudio incluyeron el uso de informes de los padres sobre las alergias alimentarias y la falta de información sobre el estilo de vida y los factores psicológicos. Se necesitan más estudios antes de realizar nuevas recomendaciones a los padres, concluyó.
Fuente: American Journal of Gastroenterology
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