
Los investigadores analizaron a hámsters hembra sometidos a un cambio horario de seis horas (similar a un vuelo entre París y Nueva York). Así constataron que, mientras los animales sufrían el jet lag, presentaban problemas de aprendizaje en tareas simples, en comparación con un grupo de hámsters no sometidos a esta condición.
Pero lo más sorprendente para los investigadores fue que, un mes después de que los hámsters con jet lag superaran su desajuste horario, estos déficits de aprendizaje persistían.
Asimismo, los científicos pudieron constatar cambios permanentes en los cerebros de los animales, en concreto en su hipocampo, que es la parte del cerebro implicada en el procesamiento de recuerdos.
Según los investigadores, ésta es la primera vez que se analizan los efectos del jet lag en la función cerebral a largo plazo. Los resultados obtenidos demuestran que la desestabilización repetida de los ritmos circadianos puede tener un impacto negativo en el comportamiento y funcionamiento cognitivos.
Fuente: tendencias21.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario