
Más de 3.000 niños, el 5% de la población escolar de Navarra, padecen trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), pero al menos la mitad está sin diagnosticar, asegura Sonia Viader Nieto, presidenta de la Asociación TDAH Sarasate. Como madre y hermana de niños hiperactivos, dice que "no es una moda". Es un trastorno que "siempre ha estado ahí", dice. Y aunque se haya avanzado asegura que "queda mucho camino por recorrer".
El Planetario acogió la cuarta edición de las jornadas sobre el desarrollo cognitivo del niño con TDAH que organiza dicha asociación, con apoyo del Ayuntamiento de Pamplona y La Caixa.
¿Por qué en muchos casos no se diagnostica?
En niñas suele pasar desapercibido porque se puede manifestar como déficit de atención: tienen problemas en los estudios pero no dan guerra. Si hay hiperactividad se suelen superar los cursos, porque son niños inteligentes. Pero cuando llegan a la ESO baja el rendimiento y es cuando, en muchos casos, se diagnostica.
¿Cómo se manifiesta cada problema?
En el déficit de atención les cuesta mucho concentrarse, entender lo que estudian, las explicaciones, cumplir las normas, etc. La hiperactividad se manifiesta con el movimiento motor, impulsividad, etc. Pueden aparecer de forma independiente y juntos, aunque los hiperactivos suelen tener déficit de atención.
¿Somos más conscientes de este problema?
Sí. Mi hermano tiene 48 años, es hiperactivo y antes no se diagnosticaba. Decían que era el niño travieso, movido.
¿El ritmo de vida, el estrés, influye en este trastorno?
Creo que no. Es un problema básicamente genético. Antes pasaba más desapercibido porque los niños salían a la calle a jugar y hoy todo está más estructurado. No juegan en la calle como antes y cumplir las normas todo el día hace que se note más.
¿Qué perciben los padres?
No hay signos concretos. Ves que tu hijo es diferente y que sufre más. Cuando hay más hermanos es inevitable comparar y ves que algo no marcha bien, que hay más dificultades, que el niño estudia más y no le cunde, que se queda en blanco y se lo sabía.
¿Cuándo se pasa la frontera entre ser un niño movido o un hiperactivo?
No todos los niños movidos son hiperactivos. Un TDAH es mucho más. Al final, te das cuenta cuando llegan al colegio porque se aprecian más las dificultades.
¿Los profesores han asumido esta situación?
Los profesores han asumido el problema y tenemos mucha cooperación pero siempre se puede llegar a más. Entre todos tenemos que conseguirlo.
¿Qué hacen los padres ante este diagnóstico?
Hay casos en los que el orientador pone sobre la pista, por problemas académicos y de comportamiento, y después se llega al pediatra. En otras ocasiones los padres intentan buscar soluciones por lo privado.
¿Y cómo se sienten?
Perdidos. Vas descubriendo cosas poco a poco. Intentas absorber información y centrarte en qué le funciona al niño: medicación, terapias, etc. La medicación es una parte fundamental del tratamiento pero por sí sola no es suficiente. Hay que actuar con los padres, la familia, el ámbito escolar y el tratamiento con psicólogos, según lo que haga falta.
¿Qué persigue la terapia?
Dar pautas que enseñan al niño autocontrol de la impulsividad, a centrarse, organizarse, comportarse con los compañeros, etc.
¿Cómo se sienten estos niños?
Como madre sé que se sienten diferentes. Muchos se encierran y van del colegio a casa y no tienen relaciones sociales. Otros lo llevan mejor, saben que tienen un problema pero actúan de forma normal. Cada niño tiene su personalidad.
¿El diagnóstico precoz ayuda?
Es fundamental para el trastorno y para no caer en otros problemas como ansiedad, depresión, etc. Suelen ser niños con baja autoestima. Saben que tienen una dificultad. Por eso es bueno hablar con ellos. Tienen que saber qué problema tienen y cómo afrontarlo.
¿Cómo influye en la familia?
Afecta a todos los miembros. Algunos lo llevan mejor y otros mal. De hecho, hay un muy índice elevado de separaciones en las parejas con un niño con TDAH.
La paciencia no basta
No. Hacemos un máster en paciencia pero, además, hay que tener todo muy pautado, con muchas normas... Se pueden crear situaciones complicadas con los hermanos porque unos son protectores pero la mayoría se sienten desplazados. Es muy complicado. Por eso, las escuelas de padres, psicólogos, grupos de autoayuda son muy importantes y es esencial que acuda el matrimonio, no sólo la madres.
¿Qué no se debe hacer nunca?
Culpabilizarnos. Ni los padres ni a los niños. No es culpa de nadie. Ocurre y está en nuestras vidas. La parte positiva es que nos va a enseñar mucho.
¿Por ejemplo?
Aprendemos a entender al otro, qué es el cariño incondicional, a ser luchadores, porque son niños muy sufridores . Se caen un día y se levantan de nuevo. Son niños que tienen muchos miedos y, a la vez, un gran afán de superación.
¿Pueden salir adelante, estudiar una carrera, por ejemplo?
Sin problemas. Hay periodistas, médicos, cantantes...Pueden hacer lo mismo que cualquier otra persona, sólo que con más apoyo. Además, muchas veces al llegar a la adolescencia la hiperactividad baja y ya han cogido herramientas para afrontarlo. Pueden llegar a donde quieran y si hay algo que les gusta pueden ser los mejores.
Fuente: diariodenavarra.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario