En comparación con los que tenían un sentido del equilibrio saludable, los que tenían una disfunción del oído interno pero que no habían experimentado síntomas eran tres veces más propensos a sufrir un caída potencialmente letal que otras personas, mientras que los que ya habían presentado síntomas tenían un riesgo doce veces mayor, hallaron los autores del estudio.
La encuesta encontró que el 85 por ciento de los encuestados mayores de 80 tenían un problema de equilibrio, una tasa 23 veces mayor que los que estaban en la cuarentena. Los diabéticos eran 75 por ciento más propensos a tener problemas de equilibrio que los que no tenían la enfermedad, de acuerdo con el estudio.
Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 25 de mayo de Archives of Internal Medicine.

"Los desequilibrios vestibulares necesitan tomarse en cuenta seriamente, debido a que las caídas pueden ser fatales y las lesiones dolorosas, además conducen a estancias hospitalarias más prolongadas y resultan en una pérdida significativa de la calidad de vida", advirtió en un comunicado de prensa de la Johns Hopkins el Dr. Lloyd B. Minor, profesor y director de cirugía de cabeza y cuello y otolaringología de la Facultad de medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Las caídas accidentales son una causa importante de muerte y lesión entre los mayores. Cada año en los Estados Unidos, las caídas acaban con la vida de unos 13,000 adultos mayores y resultan en más de 1.5 millones de visitas a las salas de emergencia de los hospitales, apuntó el comunicado.
"Nuestra encuesta muestra que las pruebas de equilibrio necesitan formar parte de la atención primaria básica y que todos los médicos necesitan monitorizar y examinar a sus pacientes para detectar la disfunción vestibular para tomar medidas preventivas que les protejan de las caídas", enfatizó Minor.
Fuente: Johns Hopkins University School of Medicine
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