Desde Sócrates y Aristóteles en la Antigua Grecia y hasta nuestros días, el fenómeno del trastorno bipolar ha llamado la atención de los estudiosos de la mente humana, como una singular alternancia entre estados de ánimo que hacen oscilar dramáticamente a la persona, entre el febril entusiasmo y el más oscuro desaliento.
Desde el punto de vista psiquiátrico y cultural, este trastorno resulta especialmente notable en el mundo del arte, el medio más adecuado para expresar las profundidades de la emoción y de la mente.

Hoy se conocen dos tipos de trastorno bipolar: Bipolar I y Bipolar II. El Bipolar I, es lo que antes se conocía como Trastorno Maníaco-depresivo, para este diagnóstico se requiere que el paciente haya tenido un episodio maníaco completo, sin embargo las personas con este tipo de trastorno pueden experimentar episodios de depresión mayor.
Mucha gente se pregunta cuando la diagnostican Bipolar I, ¿Qué cosa es? ¿Es una cosa muy grave? En la actualidad se han incrementado notablemente los diagnósticos de bipolar, pues bien en el Bipolar I se pueden dar varias combinaciones, puede ser un Bipolar I, si has tenido un único episodio de manía, sin episodios depresivos anteriores. También eres un Bipolar I si presentas al menos un episodio de manía y puedes experimentar varios episodios de depresión mayor.
La escritora británica Virginia Woolf vivía angustiosamente entre la euforia y la melancolía, aunque en su estado normal era una persona muy afectuosa, chispeante y socialmente encantadora.
Desde el punto de vista creativo, incluso trataba de sacar provecho de sus estados depresivos: “Nunca sé si quiero salir de esta melancolía”, confesaba en su diario. “Estas nueve semanas me vi sumergida en aguas profundas, lo cual es alarmante, pero de gran interés”.
Pero en uno de esos momentos de sombra de su psiqui, Virginia se hundió para siempre. Una mañana salió a caminar desde su casa de Campo Rodmell (Inglaterra) hasta la orilla del Río Ouse, metió un par de grandes piedras en los bolsillos de su chaqueta y entró caminando en el agua hasta quedar completamente sumergida. El peso de las piedras hizo bien su trabajo. Pasaron tres semanas antes de que el cuerpo emergiera.
Una breve nota a su esposo Leonard explicaba el motivo del suicidio “Queridísimo, sé que otra vez estoy enloqueciendo. Creo que no podemos volver a pasar por esos días tan terribles. Y esta vez no voy a recuperarme… Ya no puedo luchar más”. En su diario se encontraron diversas referencias a lo que sentía y por las diferentes etapas que pasaba su estado de ánimo, estas anotaciones sugieren que se trataba de la perturbación psíquica llamada actualmente Bipolar.
Sus episodios depresivos eran cíclicos, muchas veces seguían los cambios climáticos de cada estación, pero también caía en profundos estados de melancolía cada vez que finalizaba una obra. Así pasó varios períodos de depresión, alucinaciones, anorexia nerviosa y aun intentos de suicidio. No obstante, entre cada una de sus depresiones pasaba por períodos de enorme creatividad y exaltación del ánimo.
El padecimiento de Virginia Woolf hoy podemos decir que era Bipolar I.
Sintomatología del Bipolar I:
a) Episodio depresivo mayor. La sintomatología esencial consiste en un estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o placer en todas o casi todas las actividades con síntomas asociados:
- Aumento o pérdida significativa de peso.
- Insomnio o Hipersomnia casi todo el día
- Agitación o enlentecimiento psicomotor
- Fatiga o pérdida de energía
- Sentimientos de inutilidad o culpa
- Dificultad para concentrarse
- Ideas de muerte recurrentes.
* Episodio maníaco
La sintomatología esencial se define por un período delimitado de tiempo en el que hay un estado de ánimo inconfundible, en el que predomina tanto la euforia como la expansividad y la irritabilidad, con síntomas acompañantes.
- Grandiosidad
- Disminución de la necesidad de dormir
- Habla más de lo habitual
- Fuga de ideas
- Se distrae fácilmente
- Incremento de la actividad
- Implicación excesiva en actividades.
Frida Kahlo es otro caso de Bipolar I, la tristeza fue su compañera desde la infancia, dolorosamente marcada por una poliomielitis que la atacó a los seis años y que la dejó para siempre con una pierna más corta y delgada que la otra.
A los 18 años cuando regresaba del colegio en un autobús, fue víctima de un nuevo y doloroso trauma. Un accidente en autobús le provocó terribles lesiones en todo el cuerpo y un fierro la atravesó a la altura de la pelvis. Con la columna vertebral fracturada y una pierna quebrada en once partes, debió permanecer en cama durante meses, completamente inmovilizada. Fue entonces cuando su padre la motivó a pintar para matar el tiempo y el aburrimiento.
Para nadie fue extraño que se sumiera cada vez más seguido en crisis depresivas, de las que salía airosa y alborotada, antes de volver a recaer. A través de sus autorretratos daba fe de sus oscilaciones anímicas y de su vida pendular, siempre entre el júbilo y la angustia demoledora.
Cuando buscó alivio en el amor y la pasión arrolladora, finalmente encontró más dolor. Casada con el notable muralista Diego Rivera, sus caracteres vehementes y explosivos forjaron una relación turbulenta.
Cuando estaba en lo mejor de su carrera, con exposiciones en Estados Unidos y Francia, sus crisis bipolares se intensificaron. En los momentos de depresión, comprendía que su pintura no era más que el reflejo de su propia y sufriente realidad.
A fines de los años 40, su salud física y psíquica se deterioró notoriamente, tuvo que someterse a nuevas cirugías de columna y le amputaron la pierna derecha. Su estado anímico se iba de un extremo a otro.
Falleció en 1954 a causa de una embolia pulmonar. En el último párrafo de su diario, presagia: “Espero alegre la salida, y espero no volver jamás”. La característica esencial del trastorno Bipolar II es un curso clínico caracterizado por la aparición de uno o más episodios depresivos mayores acompañados por al menos un episodio hipomaníaco.
Anteriormente les expuse lo que es un episodio depresivo mayor, ahora abordaremos sólo lo que es un episodio hipomaníaco.
*Episodio hipomaníaco o hipomanía.
La sintomatología esencial consiste en un estado de ánimo elevado, expansivo o irritable, con síntomas del episodio maníaco, se da en un período diferenciado de tiempo y la alteración no es lo suficientemente grave como para provocar un marcado deterioro social o laboral, o como para requerir hospitalización, y si hay síntomas psicóticos acompañantes.
Dr. Javier Martínez Dearreaza. Neurólogo – Psiquiatra
Universitá degli Studi di Pavia-Italia. Clínica San Francisco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario