Un nuevo estudio en ratones demostró que esos anticuerpos pasan al feto a través de la placenta y quizás generarían una inflamación del cerebro del bebé que podría producir el autismo.
En el Hospital Johns Hopkins, en Baltimore, el equipo del doctor Harvey Singer extrajo anticuerpos de madres de niños autistas y se los inyectó a hembras preñadas de ratones, para exponer a las crías por nacer a los anticuerpos circulantes por la placenta.
A un segundo grupo de hembras preñadas les inyectaron anticuerpos de madres de niños no autistas. Un tercer grupo de animales no recibió anticuerpos.
Según el equipo, las crías expuestas antes de nacer a los anticuerpos humanos de las madres de niños autistas desarrollaron síntomas similares a los del autismo.
Los animales, por ejemplo, tenían un comportamiento más ansioso, pasaban menos tiempo en espacios abiertos y eran más hiperactivos que el resto. Además, los ruidos los afectaban más y sociabilizaban menos que las demás crías.
Las diferencias entre esos ratones y las crías que no habían estado expuestas prenatalmente a los anticuerpos de mujeres con hijos autistas comenzaron a ser más evidentes cuando los animales pasaron de la infancia a la adultez.
A medida que envejecían, los síntomas autistas eran cada vez más visibles. Ese patrón ocurre también en los seres humanos con autismo que, con el tiempo, tienden a desarrollar síntomas nuevos o más pronunciados.
"Comparar a los ratones con los seres humanos es engañoso y deberíamos tener cuidado al hacerlo, pero nuestros resultados sugieren de manera sólida que las conductas observadas en las crías de ratones hembras a los que les inyectamos anticuerpos del cerebro fetal extraídos de mujeres, imitaron algunas conductas de las personas con autismo", advirtió Singer.
"El autismo es un trastorno complejo y sería inocente asumir que existe un solo mecanismo que puede causarlo. Sería el efecto acumulativo de varios factores, incluidos los genes, el metabolismo y el ambiente. Creemos que identificamos a uno de esos factores", agregó el autor.
Fuente: Journal of Neuroimmunology, abril del 2009
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