Un nuevo estudio afirma que el orden en el que se aplican las vacunas modifica la respuesta de los bebés al dolor.
Bebés que recibieron la vacuna quíntuple (difteria, poliomielitis, tétano, pertusis y Haemophilus-influenzae tipo b o DPTaP-Hib) de rutina antes de la vacuna antineumocócica (PCV) sintieron menos dolor que los bebés que recibieron las dos vacunas con el orden inverso.
Eso sugiere que cuando hay que aplicar dos vacunas, la menos dolorosa (en este caso, la DPTaP-Hib) debería aplicarse antes que la más dolorosa (en este caso, la PCV).
"Por lo que sabemos, el efecto de variar el orden de aplicación de vacunas de distinta intensidad de dolor no se había estudiado", explicó en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine el equipo del doctor Moshe Ipp, del Hospital para Niños Enfermos de Toronto, en Canadá.
El estudio incluyó a 120 bebés sanos, de entre 2 y 6 meses de edad, atendidos en una clínica pediátrica en Toronto.
Bebés que recibieron la vacuna quíntuple (difteria, poliomielitis, tétano, pertusis y Haemophilus-influenzae tipo b o DPTaP-Hib) de rutina antes de la vacuna antineumocócica (PCV) sintieron menos dolor que los bebés que recibieron las dos vacunas con el orden inverso.
Eso sugiere que cuando hay que aplicar dos vacunas, la menos dolorosa (en este caso, la DPTaP-Hib) debería aplicarse antes que la más dolorosa (en este caso, la PCV).
"Por lo que sabemos, el efecto de variar el orden de aplicación de vacunas de distinta intensidad de dolor no se había estudiado", explicó en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine el equipo del doctor Moshe Ipp, del Hospital para Niños Enfermos de Toronto, en Canadá.
El estudio incluyó a 120 bebés sanos, de entre 2 y 6 meses de edad, atendidos en una clínica pediátrica en Toronto.
El dolor en los bebés se evaluó con una escala estandarizada y mediante las respuestas de los padres.
El dolor después de la aplicación de ambas vacunas fue significativamente menor en el grupo de bebés a los que se les dio primero la vacuna DPTaP-Hib y luego la vacuna PCV, según la escala y la evaluación de los padres.
En cuanto a por qué el orden de las vacunas afectó la respuesta al dolor, los autores sugieren que aplicar primero la vacuna más dolorosa haría que "la atención del bebé se concentre en el procedimiento y active los mecanismos centrales y periféricos del procesamiento del dolor que, juntos, amplifican la señal del dolor en las inyecciones que se colocan inmediatamente después".
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