Esto respalda la idea de que la estimulación cerebral profunda puede mejorar los síntomas motores y no motores del Parkinson.
Este estudio no es el primero sobre el efecto de la estimulación cerebral profunda sobre el olfato en pacientes con Parkinson, según explicó a Reuters Health la doctora Mary Linton B. Peters, de la Escuela de Medicina de la University of Massachusetts, en Worcester.
La novedad reside en que compara a pacientes bajo tratamiento médico convencional con personas tratadas con una cirugía.
"Logramos una comparación muy útil entre las elecciones terapéuticas y sus efectos de largo plazo, frente a los de corto plazo", indicó la autora.
Peters presentó los resultados en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Cirujanos Neurológicos, en San Diego, California, realizada la semana pasada.
El estudio incluyó a nueve pacientes con Parkinson tratados con estimulación cerebral profunda bilateral en el núcleo subtalámico, a 36 pacientes bajo tratamiento médico y a 44 personas sanas (grupo de control).
Para evaluar el olfato se usó la Prueba de Identificación Olfativa, de la University of Pennsylvania, que incluye 40 olores distintos.
"Hallamos que los pacientes tratados con estimulación cerebral profunda tenían mejor olfato que aquellos bajo tratamiento médico, aunque en general tenían más síntomas no motrices. Ese no fue un efecto agudo, sino que serían efectos de largo plazo de la estimulación", dijo Peters.
No hubo evidencias de que una dosis alta de alguna medicación mejore o agrave el olfato más que una dosis baja.
Según Peters, el equipo está realizando un estudio por imágenes funcionales para conocer los mecanismos por los que se producen las alteraciones olfativas en pacientes con Parkinson.
"Nos ayudará a comprender por qué los pacientes pierden el olfato y quizás sirva como una herramienta de diagnóstico temprano del mal de Parkinson", finalizó la investigadora.
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