En la depresión influyen las circunstancias personales y problemáticas sociales. La crisis económica y el desempleo, por ejemplo, han provocado un repunte en los últimos meses. La incertidumbre por el futuro crea un estado de angustia y ansiedad que pueden desembocar en estados depresivos de intensidad variable, dependiendo de la personalidad del paciente.Nadie está a salvo, pero existen etapas de la vida más proclives a padecer esta enfermedad; un 10% de los ancianos padecen síntomas depresivos y un 2% una depresión grave. Con el crecimiento de la población inmigrante en Galicia también han aumentado los cuadros por desarraigo.Los hombres tienen menos posibilidades de padecer esta enfermedad, aunque en muchos casos la ocultan; los que la muestran, la manifiestan frecuentemente con ira, desaliento o irritabilidad, en lugar e tristeza y desamparo. Las mujeres mayores de 15 años, que suelen comportarse de forma diferente, tienen el doble de posibilidades de caer en una depresión que los varones.
El asunto no es menor y el Plan Integral de Atención á la Salud de la Mujer contempla una asistencia específica para enfermas de depresión mayor, incorporando la perspectiva de género a su tratamiento. El proceso, que se inicia con un diagnóstico en atención primaria, incluye la intervención farmacológica y psicoterapeuta en sesiones individuales o de grupo.Programa pioneroEl plan también incluye un programa intensivo para pacientes, hombres y mujeres, con riesgo de suicidio. Las experiencias piloto de Ourense y Pontevedra implican una evaluación psiquiátrica previa al tratamiento, que prima las intervenciones de psicoterapia.
Los facultativos combinan la administración de fármacos con otras terapias y en los últimos años han probado varias opciones. ‘Un estudio ha demostrado la eficacia de complemento alimenticios desarrollados a partir de flor de azafrán para combatir algunos síntomas de la depresión, como los cambios de humor, la irritabilidad, el desasosiego, la pérdida de ilusión o la falta de sueño’, apunta Santiago Vidal Mauriz, médico y psicólogo clínico. Tras seis años de estudio, el laboratorio Narval Pharma ha conseguido sintetizar este primer complemento alimenticio, la primera solución natural al tratamiento de los síntomas de depresión y ansiedad.
La esquina noroeste de España paga, además, la falta de luz. Galicia (10,33%) y Asturias (9,94%) son las comunidades que concentran el mayor número de casos de depresión en España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. El déficit lumínico es, en opinión de los especialistas, un factor determinante para desarrollar estados de bajón anímico. ‘Muchos casos derivan en una depresión leve, que puede convertirse en profunda si no se aplica la terapia acertada en el momento oportuno’, explica Vidal Mauriz. El déficit de luz ambiental, que Galicia padece especialmente en invierno, puede estar detrás de un tercio de los trastornos afectivos estacionales, una de las causas de depresión frecuente en ancianos. El Centro de Innovación Tecnológica para la Autonomía Personal de los Mayores y las Personas Dependientes iniciará un plan piloto en varias residencias para probar la eficacia de la fototerapia mediante el seguimiento del estado psicológico de los mayores que participen en el ensayo.Los someterá a sesiones de dosis extras luz mediante lámparas difusas para reactivar las células de la retina que inician el control del reloj interno del cerebro, el que marca los ciclos fisiológicos de luz-oscuridad y que en condiciones de baja iluminación diurna conduce a la aparición de trastornos cognitivos y afectivos.Una sesión de luz artificial blanca y brillante ejerce un efecto similar a una jornada soleada de primavera.
La base de la terapia lumínica es el engaño, hacer creer al organismo que es de día y estimular la producción de neurotransmisores cerebrales asociados con los niveles de atención y actividad. Hay personas que durante el invierno pasan hasta un 80% del tiempo en entornos cerrados debido al frío y a la escasez de luz.Aunque nada sustituye al sol, la luminoterapia es habitual, por ejemplo, en los países nórdicos. La experiencia indica que este tratamiento es eficaz para combatir la depresión; los pacientes han mejorado bajo el influjo de las lámparas que emiten una luz artificial blanca y brillante, que simula la natural.‘Mejorando las condiciones de iluminación y garantizando que los pacientes reciben una cantidad de luz necesaria (10.000 lux de luz blanca durante treinta minutos o 2.500 lux durante dos horas) se pueden observar mejorías significativas, tanto en la estacional como en la no estacional’, apunta Javier Cudeiro, director del grupo de Neurociencia y Control Motor de la Universidade da Coruña. Existen tratamientos más avanzados con lámparas enriquecidas, que emiten un mayor porcentaje de luz de longitud de onda corta, en las que basta con una exposición del paciente inferior al cuarto de hora.Aunque no todos los casos de depresión están relacionados con las horas de luz natural, los estudios apuntan que un 20% de la población experimenta un decaimiento del ánimo en otoño e invierno.
Lo que los especialistas denominan Trastorno Afectivo Estacional (TAE), que incide de un modo severo en un tercio de los casos, se manifiesta de diversos modos: irrita bilidad, pérdida de energía, estrés, cefaleas, problemas de sueño y aumento del apetito.
El tratamiento lumínico puede realizarse en la consulta del psicólogo o en el propio hogar; las lámparas son de venta libre, pero los especialistas recomiendan un asesoramiento médico para maximizar la mejoría en los sistemas endocrino, nervioso e inmune.
El uso doméstico de estos aparatos, cuyo precio ronda los 400 euros, debe realizarse a primera hora de la mañana, con sesiones iniciales de quince minutos que se podrán incrementar progresivamente hasta un máximo de una hora. Cada sesión equivale, según los especialistas, a la luz del día durante una jornada soleada de primavera.
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