La pequeña, relata la psicóloga, entró al estanque con Holbox, que es el mayor de los dos delfines que se utilizan en esta tarea, que de ninguna manera sustituye otras terapias médicas, o tratamientos con fármacos.
María Angela, que lleva la mitad de las sesiones -en total seis de 15 minutos cada una- ahora sigue instrucciones simples, tiene periodos de atención más largos, lo que le ha beneficiado en la escuela, y ha mejorado en las actividades psicomotrices.

Destacó que la finalidad de la terapia con delfines es que luego del tratamiento los pacientes presenten una mejor calidad de vida.
Pérez García informó que los dos delfines que tienen para este tratamiento, Holbox y Byron, atienden diariamente a cinco pacientes cada uno, para que con los sonidos que emiten ayuden a niños y adultos con problemas neurológicos o emocionales.
Convimar, empresa privada que ofrece esta terapia alternativa en este lugar y también en el Parque Atlantis, en la tercera sección de Chapultepec, es pionera en tratamientos con animales y solo los ofrece en el Distrito Federal.
Pérez García informó en entrevista que los beneficios de la terapia tanto a niños como adultos con problemas emocionales, son notables en las primeras sesiones, pero cada paciente reacciona diferente, dependiendo del diagnóstico y si es niño o adulto.
Comentó que aunque no se ofrecen beneficios mágicos, si se dan cambios en las diferentes áreas de desarrollo, como el lenguaje, es decir con balbuceo, fluidez y pronunciación; todo lo que tiene que ver con la motricidad o movimiento; procesos cognitivos, que se refiere a la atención, aprendizaje, razonamiento y lógica.
También en el aspecto emocional, pues los pacientes están más relajados y tranquilos, por lo que presentan mayor cantidad y calidad de sueño, que es el cambio más inmediato que presentan.
Los diagnósticos más frecuentes que se atienden son: autismo, quienes han presentado mejoría en el contacto visual, porque los pacientes están de alguna manera encerrados en sí mismos, y presentan más contacto visual y físico.
También siguen instrucciones simples, tienen mayores periodos de concentración, lo que ha facilitado una mejor interacción con los demás, principalmente con su familia.
Se ha dado terapia a pacientes con Síndrome de Down, quienes observan cambios en el lenguaje, mayor fluidez y ha aumentado el vocabulario durante las dos semanas que reciben las terapia.
En cuanto al Trastorno por Déficit de Atención (TDA), diagnóstico que tiene como característica principal tener periodos cortos de concentración, indicó que con la terapia se favorece la cuestión académica, puesto que hay periodos más largos de atención, disminuye el nivel de ansiedad y menor hiperactividad.
La parálisis cerebral infantil, que se caracteriza por falta de control muscular y problemas motores, con la terapia se mejora el tono muscular y facilita que las personas tengan más coordinación al caminar y mayor equilibrio, por lo que favorece el autocuidado.
A su vez, la psicóloga Angélica Martínez Avalos, coordinadora de la terapia en el parque Atlantis, en Chapultepec, explicó que el contacto directo con los delfines y el sonido que emiten es lo que hace que se estimule el Sistema Nervioso Central.
La función y objetivo de la terapia es estimular el sistema nervioso central de los pacientes, niños o adultos, a través del sonido que los delfines emiten de manera natural, a lo que se le llama ultrasonido o ecolocalización.
A nivel cerebral, refirió, la emisión de la ecolocalización estimula las neuronas por medio de la vibración, y eso favorece el transporte de fluidos que hay a en el cerebro, así como la conexión entre neuronas.
Informó que esta terapia se empezó a aplicar de manera informal en 1991, y partir de 2001 se involucro a un equipo multidisciplinario que incluye médicos psicólogos, especialistas en educación especial, biólogos marinos, veterinarios y entrenadores que están al cuidado de los animales.
Para acceder a la terapia se realiza una valoración médica, se elabora una historia clínica y se practica un estudio neurológico que se hace antes y después del tratamiento para ver los cambios que tiene el paciente.
En Convimar se trabaja con animales para pacientes que requieren estimulación a nivel cerebral, entre ellos con caballos para problemas de motricidad o movimiento; perros para cuestiones emocionales, y delfines para estimular el Sistema Nervioso Central.
El tratamiento se imparte a pacientes a partir de los dos años de edad y en el caso de adultos se atiende a personas con ansiedad y estrés, traumatismo craneoencefálico o secuelas de algún infarto cerebral, así como Síndrome de Down, autismo, u otras enfermedades neurológicas o emocionales.
El costo de la terapia es de 10 mil pesos, pero para los pacientes de escasos recursos se ofrecen becas, a través de un estudio socioeconómico y una valoración médica que determine qué tan necesaria es la terapia.
Fuente: La Crónica de Hoy - México
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