ARQUÍMEDES FERNÁNDEZ-VALDÉS Profesor de Psicología y director de la Escuelita de la Ilusión, un centro de aprendizaje para niños autistas en Tenerife.

La Escuelita de la Ilusión es, para los niños con autismo y para sus familias, una puerta abierta a la esperanza. En este centro de Tenerife los chiquillos aprenden habilidades básicas, desarrollan el lenguaje y se socializan. Cuando un visitante llega a la Escuelita, cuenta su director, Arquímedes Fernández-Valdés, no advierte ninguna actitud extraña en sus alumnos, saludan, hablan y juegan como todos los críos de su edad y ese es, subraya, su gran éxito. El director de la Escuelita, un centro estrechamente vinculado a la Universidad de La Laguna y supervisado desde Oviedo por el profesor de Psicología Luis Antonio Pérez-González, fue invitado esta semana a uno de los cursos de verano de la Universidad de Oviedo, «Principios básicos para el tratamiento efectivo del autismo».
-¿Qué es y cómo funciona la Escuelita de Ia Ilusión?
-La Escuelita es un centro de transición entre el aula especial y la escuela normalizada, con un proyecto educativo que aplica metodologías basadas en el análisis de la conducta. Ahora tenemos 14 niños. Hay programas intensivos y semi-intensivos, con niños que están en centros normalizados. Tienen horario escolar, de 9 de la mañana a 2 de la tarde, cada uno con un programa curricular individual, basado en el desarrollo de ciertas habilidades funcionales fundamentales. Cada niño tiene un maestro, aunque también trabajan en grupo y con actividades programadas.
-¿Qué habilidades aprenden?
-Los niños llegan con las mínimas habilidades «prerrequisitas»: mirar a la cara, a los ojos, mantener la atención... Esas son las primeras habilidades que tenemos que entrenar. Son las que se necesitan para aprender y resultan absolutamente necesarias para desarrollar la conducta verbal.
-¿Todos los niños con autismo pueden desarrollar esas capacidades?
-Las leyes de aprendizaje son las mismas para todos aunque los procedimientos pueden ser diferentes: cada niño aprende a un ritmo. Con los métodos que aplicamos, que son los del análisis de conducta, los niños aprenden y aprenden mucho. Muchos pueden desarrollar el lenguaje, hábitos de independencia, vestirse... En la Escuelita todos los niños son independientes, aprenden a leer, a escribir. Tenemos dos niños que van a empezar el próximo curso en aulas normalizadas con un programa especial.
-¿Existe posibilidad de curar el autismo?
-No conocemos su base genética. La curación es un término muy médico. Podemos enseñar conductas, habilidades y que el niño no demuestre que tiene autismo. Si existe un remedio, bienvenido sea, pero del Síndrome Down hace mucho tiempo que conocemos la base genética y no hay cura. Nuestro mayor logro es que cuando recibimos visitas en la Escuelita la gente se pregunta dónde están los niños autistas. Los niños saludan, se acercan, dicen hola... El autismo es uno de los trastornos más incapacitantes que hay en la infancia. Este tratamiento hace que muchos niños tengan independencia, aunque algunos puedan necesitar alguna ayuda, algún apoyo. Insistimos: intervención muy temprana e intensiva.
-¿Trabajan con los padres?
-Sí, es vital que las familias pueda ser partícipes de la educación de sus hijos y que presionen a las administraciones.
-¿La Escuelita cuenta con respaldo de la Administración?
-Es un centro sin ánimo de lucro. La mayor parte del coste la paga los padres y una pequeña parte la Administración, que nos presta las instalaciones. El que se ofrece es un servicio costoso.
-¿Los padres de niños autistas afrontan solos el coste económico y personal de esa situación?
-La mayoría de las veces son los padres los que indican al médico que al niño le está sucediendo algo: que no habla, que -como dicen ellos- no está en este mundo. Cuando acuden a la Escuelita ya han pasado por el Centro de Atención al Autismo de la Universidad de La Laguna o por el pediatra. El sistema sanitario no tiene recursos para los niños con esta discapacidad. Los trata injustamente: si tuvieran un trastorno orgánico sería diferente.
-¿Cuánto dinero necesita una familia anualmente para prestar la atención adecuada a un niño con autismo?
-Los gastos pueden suponer miles de euros. Al Estado, un niño en un aula especial le cuesta 20.000 euros al año pero con la atención precoz el coste le resultaría mucho menor. Además, negar a estos niños la oportunidad de aprender supone una discriminación para ellos.
-¿Cuál es el futuro de la Escuelita?
-Está consolidándose. En octubre pasará a ser oficialmente un centro escolar privado y en un año esperamos que sea un centro concertado. Va a ser el único con metodología absolutamente científica. En ella, además, se están formando alumnos universitarios.
* Arquímedes Fernández-Valdés
Doctor y profesor de Psicología de la Universidad de La Laguna, en Tenerife.
Dirige la Escuelita de la Ilusión, en San Cristóbal de La Laguna en Tenerife, un centro de aprendizaje para niños autistas de 3 a 7 años.
La Escuelita, creada en 2007, es supervisada por docentes de la Universidad de Oviedo.
Fuente:La Nueva España
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