La revisión de esta literatura, cuyos resultados aparecen en la edición en internet de la revista The Lancet, reveló que cuando el padre padece trastornos psiquiátricos como depresión grave, adicción a las drogas o al alcohol o trastorno por estrés postraumático (TEPT), sus hijos tienen alto riesgo de desarrollar problemas de salud mental.
Los varones parecen ser especialmente vulnerables a los efectos de la depresión paterna. Los hijos varones de padres alcohólicos tenían alto riesgo de desarrollar problemas graves de conducta y adicciones.
Aunque estos resultados no sorprenden, explican cómo el bienestar mental del padre afecta a sus hijos, una cuestión menos estudiada que el papel de la salud mental de la madre.
"El mensaje principal es que los problemas de salud mental del padre son importantes, en parte debido al impacto sobre el hombre en sí, pero también porque afecta a la familia, incluidos los hijos", dijo el autor principal, doctor Paul Ramchandani, de la University of Oxford, en el Reino Unido.
Los hombres tienden a ser menos propensos que las mujeres a buscar ayuda para sus problemas mentales, dijo Ramchandani a Reuters Health, pero es importante que lo hagan.
Entre el 3 y el 6 por ciento de los hombres padecen depresión grave.
En la revisión, Ramchandani y su colega Lamprini Psychogiou hallaron que cuando los padres tenían problemas, sus hijos adolescentes tenían un nivel de riesgo mayor que el promedio de depresión y conductas suicidas.
Cuando los padres tenían trastornos de ansiedad, como TEPT, adicción a las drogas o trastorno bipolar, sus hijos presentaban alto riesgo de desarrollar las mismas enfermedades u otros problemas emocionales y conductuales.
Asimismo, los hijos pequeños de padres con depresión inmediatamente después del nacimiento (una forma paterna de depresión posparto) tenían altas tasas de trastornos emocionales y conductuales.
Para los autores, los motivos incluyen la susceptibilidad genética, el medio ambiente y la crianza.
Por ejemplo, los padres con mala salud mental no les podrían proporcionar a sus hijos el apoyo emocional que necesitan. Tampoco podrían mantener económicamente a la familia, lo que genera otro conjunto de problemas.
Lo importante, para Ramchandani, es que la atención de los problemas psiquiátricos paternos ayudaría a toda la familia.
"No tenemos evidencias como para estar completamente seguros de que todo mejorará para los hijos si los padres reciben tratamiento", dijo Ramchandani. "Pero un punto medio entre los resultados parecería ser que es posible que los niños mejoren si sus padres están bien", concluyó.
Fuente: The Lancet, online 5 de mayo del 2009
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