Los padres de niños con este trastorno suelen reclamar de los profesores más conocimiento sobre esta patología y un esfuerzo por adaptar las metodologías de estudio a los afectados. Este trastorno afecta al sistema nervioso y se manifiesta mediante el aumento de la actividad, la impulsividad y la falta de atención.
gravedad.
A menudo, los síntomas confunden a los padres y educadores porque consideran que el niño es un tanto dejado o un poco vago en lo que se refiere a sus obligaciones escolares cuando en realidad estamos ante un ser enfermo que necesita, antes que medicamentos, cariño, comprensión y ayuda médica y en ningún caso castigos o reprimendas. El niño afectado por este problema extravía con frecuencia juguetes, lápices o libros, rechaza las tareas que requieren un esfuerzo mental y se dispersa con estímulos irrelevantes, según consta en los anales más comunes de estudios de psiquiatría y psicología.
El tratamiento de un niño hiperactivo puede incluir medicamentos. Pero para que éste tenga éxito debe implicarse en él la familia, que debe ser autocrítica y dejarse asesorar, y también los responsables de la escuela donde todavía las actuaciones dejan mucho que desear.
Durante el reciente acto de presentación en Madrid del libro Hiperactivos. Estrategias y técnicas para ayudarles en la casa y en la escuela aportó su testimonio Mario Lázaro, un joven que fue diagnosticado con TDHA a los 12 años y que, gracias a la medicación y el tratamiento psicoeducativo, cursa en la actualidad estudios de ingeniería.
Mario Lázaro destacó las dificultades que todavía tiene para referirse a su infancia por lo mal que lo pasó.
''Las situaciones siempre me dominaban y tenía estrés en el colegio porque no lograba las metas que otros sí podían. Esto me originaba una tremenda apatía y una desilusión constante que se traducía en ansiedad y agresividad'', dijo.
Un 70 por ciento de los niños a los que se les diagnostica este trastorno mantendrá los síntomas durante la edad adulta, por lo que se verá obligado a medicarse durante el resto de su vida. Cuanto antes se descubra la enfermedad, el pronóstico será mejor a largo plazo porque será el momento ideal para comenzar el tratamiento, que tiene una doble vertiente: farmacológica, en la que se suministra al enfermo un estimulante de la atención llamado metilfenidato, y educativa.
Aunque la hiperactividad es un trastorno del que aún no se conocen claramente las causas y no tiene curación en la mayoría de los casos, con un buen tratamiento los síntomas más característicos como la inquietud manifiesta o la falta de atención pueden verse reducidos a la mitad. En lo que sí coinciden los especialistas es en que se trata de un problema neurológico que radica en que una parte de la corteza frontal del cerebro no coordina bien una serie de acciones, lo que origina inquietud, nerviosismo, falta de atención y que el muchacho se disperse.
Al llegar a la edad adulta, el hiperactivo se convierte en esa clase de personas ''inquietas, desorganizadas y despistadas que todos conocemos'', según el español Rafael Camino León, neuropediatra del Hospital de Reina Sofía de Córdoba (sur), si bien hay casos más graves en los que esta enfermedad se vincula a trastornos de conducta e incluso a la ingesta de drogas.•
No hay comentarios:
Publicar un comentario