El trastorno bipolar, o depresión maníaca, provoca cambios extremos del estado anímico que van desde la depresión discapacitante hasta la euforia descontrolada.
En el estudio original del 2008, los autores, de la Escuela de Medicina de la Brown University, hallaron que de 145 adultos que dijeron que les habían diagnosticado bipolaridad, 82 (el 57 por ciento) resultaron no tener ese trastorno tras realizar una entrevista diagnóstica exhaustiva.

En el nuevo estudio, publicado en Journal of Clinical Psychiatry, los autores usaron entrevistas similares para identificar los trastornos que afectarían a esos 82 pacientes.
Hallaron que casi la mitad padecía depresión, mientras que a entre un cuarto y un tercio se le diagnosticó personalidad fronteriza, estrés postraumático, ansiedad generalizada y fobia social.
Tras compararlos con otros 528 pacientes psiquiátricos, a los que nunca se les había diagnosticado bipolaridad, hallaron que el primer grupo era cuatro veces más propenso a tener personalidad fronteriza.
Ese grupo era también un 70 por ciento más propenso a tener depresión y tenía el doble de probabilidades de padecer estrés postraumático.
Algunos de los otros diagnósticos eran menos frecuentes, pero aún excesivos entre los pacientes con un diagnóstico previo de trastorno bipolar, como el caso de la personalidad antisocial y el trastorno del control de los impulsos.
El sobrediagnóstico del trastorno bipolar es preocupante, en parte porque suele tratarse con fármacos estabilizantes del ánimo, que tienen efectos adversos sobre los riñones, el hígado y los sistemas metabólico e inmunológico, explicó el autor principal del estudio, doctor Mark Zimmerman, profesor asociado en Brown y director de psiquiatría ambulatoria en el Hospital de Rhode Island.
Asimismo, Zimmerman dijo a Reuters Health que el sobrediagnóstico significa que algunos pacientes no están recibiendo la atención adecuada para sus problemas reales.
El trastorno bipolar comparte algunas características con otras enfermedades psiquiátricas. El trastorno de personalidad fronteriza, por ejemplo, incluye inestabilidad anímica, conducta impulsiva y problemas para relacionarse con otras personas.
Pero el equipo de Zimmerman sospecha que algunos médicos están sobrediagnosticando la bipolaridad porque, a diferencia de otras causas de alteración anímica, cuenta con terapias efectivas.
No existen medicamentos aprobados específicamente para, por ejemplo, la personalidad fronteriza o "borderline", pero los estudios disponibles sugieren que alguna forma de "terapia hablada" es efectiva.
"Los médicos suelen diagnosticar trastornos con cuyos tratamientos se sienten más cómodos", explicó Zimmerman.
"La creciente disponibilidad de los fármacos aprobados para el tratamiento del trastorno bipolar influiría en la decisión médica ante la inseguridad de si un paciente tiene o no trastorno bipolar o personalidad borderline para errar en favor de una condición que sólo responde a fármacos", agregó.
A la vez, el marketing de la industria farmacológica refuerza ese "sesgo", dijo Zimmerman, al resaltar ciertos estudios que habían sugerido que el trastorno bipolar pasa inadvertido en muchas personas.
Fuente: Journal of Clinical Psychiatry
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