
Uno de los beneficios aportados por esta técnica se revela en la mejora progresiva de la comunicación verbal, ya que los niños aprenden a identificar las indicaciones que reciben los asnos. Experiencias con estos animales se llevan a cabo en España con menores de entre 1 y 5 años.
El carácter reflexivo y filosófico de estos animales y los cuidados que requieren (alimentación, cepillado y paseos, entre otros) reducen la hiperactividad y la falta de atención que muchos niños padecen, lo que se traduce en un incremento considerable de la observación, la relajación y la concentración.
"Para los más pequeños resulta mucho más divertido aprender junto a los asnos que en la propia escuela", ya que imitan los sonidos que reproducen, identifican objetos, colores y las distintas partes del
cuerpo, asegura Harriet, una de las monitoras de una asociación malagueña.
De esta forma, fisioterapeutas y logopedas consideran que a los niños el contacto con los burros les aporta "felicidad", "ganas de vivir" y "un gran avance en su desarrollo emocional".
Reconocen además que las actividades que se llevan a cabo junto a estos
animales "mejoran los problemas relacionados con la espalda", ya que montar en el lomo de los burros supone ejercitar la columna vertebral y mantenerla recta.
Esta asociación cuenta con veinte asnos que han sufrido distintos tipos de maltrato físico, por lo que reciben tratamientos veterinarios, son aseados diariamente y cuentan con todos los cuidados necesarios para tener una vida digna.
El "Refugio del burrito", tal el nombre de la asociación, ha rescatado alrededor de 130 asnos procedentes de Grecia, Kosovo, Islas Baleares, Alemania, Italia y Francia, desde que en el 2003 comenzó a funcionar, según ha revelado el director de la asociación, Iván Salvia.
Fuente: HF Noticias
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