
La mayor causa de mortalidad entre los niños africanos con anemia falciforme son las infecciones bacterianas. Más del 90 por ciento de estos niños mueren antes de que se les diagnostique la enfermedad. La introducción de profilaxis e inmunización con vacunas conjugadas frente a S. pneumonia y H. influenzae tipo B ha conseguido una mejoría en el pronóstico de estos pacientes, según se detalla en un estudio que se publica hoy en The Lancet.
Según los datos disponibles manejados por el grupo de Thomas N. Williams, del Instituto de Investigación Médica de Kenia y el Programa Welcome Trust, en Reino Unido, los organismos que provocan las infecciones en esos niños difieren en estos países con respecto a los occidentales. Para eso se examinó el riesgo de enfermedad bacteriana invasiva en niños con anemia falciforme. Analizaron las muestras de sangre de todos los niños menores de 14 años que ingresaron en el Hospital del Distrito de Kilifi, en Kenia, entre agosto de 1998 y marzo de 2008. Se detectaron 2.157 episodios de bacteriemia entre los 38.441 ingresos. Los organismos que más se aislaron en niños con anemia falciforme fueron Streptococcus pneumoniae, el 41 por ciento; varios tipos de salmonela, 18 por ciento, y Haemophilus influenzae, 7 por ciento. Los niños con anemia falciforme fueron 26 veces más propensos a desarrollar infecciones bacterianas si se comparaban con los que no la tenían. "Más del 10 por ciento de los episodios por bacteriemia neumocócica aparecen en los niños con anemia falciforme, de los que el 75 por ciento fueron serotipados y recibieron la vacuna conjugada frente a neumococo. Aunque la introducción de esta vacuna en el calendario vacunal en niños en África aporta grandes ventajas, los más beneficiados son los niños con anemia falciforme", ha apuntado Williams.
En un editorial que se publica hoy en The Lancet, Jane Hankins y Russell Ware, del Hospital Infantil Saint Jude, en Memphis, comentan que la clave para reducir la morbimortalidad de la anemia falciforme está en la indentificación precoz de las infecciones a través de los cribados, profilaxis, educación para la prevención de infecciones y la inmunización frente a los patógenos más comunes. De esta forma, se podrá mejorar el pronóstico y reducir el número de muertes entre los niños africanos.
Fuente:The Lancet; DOI: 10.1016/S0140-6736 (09) 61602-0.
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