
Un informe elaborado por una comisión médica recientemente conformada, indica que 1 de cada 100 santiagueños padece de epilepsia, añadiendo que la mayoría de los afectados son niños.
Precisamente, durante la Semana Nacional de la Epilepsia que se está desarrollando, se ofrecen charlas con la finalidad de informar a la población los detalles de esta enfermedad, así como los derechos que tienen aquellos que la padecen.
La epilepsia es una afección médica que se origina en el cerebro y se caracteriza por producir crisis que se reiteran en el tiempo, manifestadas en las personas por una gran variedad de síntomas y signos en el cuerpo, que se expresan tanto en las conductas motoras como psíquicas.
Comenta la Dra. Constanza Salera, médica neuróloga especializada en epilepsia, que al 70 por ciento de afectados se los puede controlar con medicación, mientras que al 30 por ciento puede ser sometido a cirugía.
Alertó la profesional que en los niños santiagueños es más frecuente diagnosticar este mal, añadiendo que un segundo pico se da en los adultos después de los 40 años.
La Dra. Salera, que integra una comisión regional conformada desde el Ministerio de Salud de la Nación para organizar el registro de pacientes, admite que en Santiago no hay estadística actualizada, aunque corrobora que uno de cada cien habitantes padece este mal.
En cuanto a las causas que originan la epilepsia, subraya que en un alto porcentaje de personas no se puede determinar, “aunque en otros casos, puede responder a múltiples etiologías que incluyen traumatismos de cráneo, tumores cerebrales, lesiones vasculares cerebrales, meningitis, encefalitis y malformaciones congénitas”.
También se puede producir por falta de oxigenación y lesiones en el momento del nacimiento, cicatrices y otras enfermedades sistémicas o hereditarias.
Señales
El síntoma principal se manifiesta por convulsiones que le puede provocar a la persona que sufre una crisis la pérdida de conciencia, caída, ponerse rígida, sacudir sus miembros o hacer muecas con la cara.
Otras crisis provocan que la persona se desconecte transitoriamente del medio fijando la mirada unos instantes y presentando, o no, movimientos con la boca, las manos o posturas anormales.
Durante determinadas crisis se puede alterar la manera en que se perciben las imágenes, oír sonidos inexistentes o sentir algo “raro” o “distinto”.
En este punto, la Dra. Salera indica: “Durante una crisis una persona puede actuar, moverse, pensar o sentir diferente, debido a una alteración temporaria de funciones cerebrales como la conciencia, la memoria, el pensamiento, el comportamiento y el movimiento”.
Aclara que muchas personas no son conscientes de que están teniendo una crisis, “otras, en cambio, pueden describir perfectamente lo que les está sucediendo. En muchos casos, sólo se recuerda el inicio de la crisis y a este fenómeno se lo denomina aura”.
En la mayoría de los casos la enfermedad aparece sin que ningún otro miembro de la familia haya tenido epilepsia pero, en algunos pacientes, se advierte un componente hereditario.
La razón más frecuente para que una persona epiléptica tenga una crisis es no tomar la medicación antiepiléptica con regularidad. Frecuentemente el paciente mantiene un control aceptable de las crisis
Fuente: El Liberal - Sgo del Estero, Argentina
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