El método funciona tan bien que un informe reciente está recomendando que médicos y enfermeras piensen en darle una solución dulce antes de las vacunas de los bebés de entre un mes y un año de edad.
Las investigaciones anteriores han mostrado que una pequeña cantidad de sacarosa o glucosa, unas gotas o hasta media cucharadita en una solución pueden reducir el dolor.
En el nuevo informe, publicado en línea el 12 de mayo en Archives of Disease in Childhood, investigadores de Canadá, Australia y Brasil revisaron los hallazgos de catorce estudios que examinaron 1,674 inyecciones administradas a niños de un año o menos.

En trece de los estudios, se halló que los bebés que recibieron un poco de solución azucarada, frente a los que recibieron agua o nada lloraban menos después de la vacuna. El estudio halló que los bebés que recibieron treinta por ciento de glucosa en la solución tenían cerca de menos de la mitad de probabilidades de llorar.
"Los profesionales de la salud responsables por administrar vacunas deberían pensar en usar la sacarosa o la glucosa durante los procedimientos dolorosos", concluyeron Denise Harrison, autora del estudio, y sus colegas del Hospital para Niños Enfermos de Toronto. "Esta información es importante para los profesionales de la atención de la salud que trabajan con bebés en ambientes ambulatorios y hospitalarios, pues las soluciones dulces son fáciles de obtener, resultan analgésicas en corto tiempo, no cuestan mucho y son fáciles de administrar".
Fuente: BMJ
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