Se trata del primer caso en toda la historia religiosa del país y fue destacado por el obispo Manuel Acuña "como un paso más para la integración de toda la comunidad, para convivir sin discriminación, tal como nos pide Dios". "En nuestro movimiento católico, apostólico y luterano consideramos que todos los habitantes tienen las mismas oportunidades y derechos.

Estamos felices de contar con la ayuda de Juan, un chiquito tan hermoso y dedicado en sus tareas durante cada misa. Creemos que la iglesia debe recibir a todos sus hijos con los brazos abiertos, sin prejuicios. Estamos transitando ese camino de amor", expresó el obispo Acuña.
Fuente: Infancia Hoy
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