Según un equipo en Ohio, el uso de esos dispositivos usados para movilizarse enviaron a más de 3.000 menores de 19 a las salas de emergencia sólo en el 2008.
"La cantidad anual de lesiones aumentó un 23 por ciento, desde 2.500 en 1991 a más de 3.000 en el 2008. Esos no son números insignificantes", dijo la doctora Lara McKenzie, del Centro para la Investigación y Políticas de Lesiones, del Nationwide Children's Hospital, en Columbus, Ohio.
"Es posible que sea una subestimación de la cantidad de lesiones, ya que no incluye a los pacientes atendidos por médicos de familia o enfermeros escolares", dijo McKenzie, profesora asistente de pediatría en la Escuela de Medicina de la Ohio State University.
El equipo de McKenzie analizó casi dos décadas de datos de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de Estados Unidos, que reúne los datos de las lesiones atendidas en los hospitales del país para proporcionar información actualizada sobre los casos asociados con productos de consumo.
Entre 1991 y el 2008, unos 63.309 jóvenes ingresaron a las salas de emergencias por un accidente con una silla de ruedas, un caminador o muletas.
Aunque las muletas son el principal dispositivo que utilizan los niños y los adolescentes con problemas de movilidad, el 67 por ciento de las lesiones fueron con sillas de rueda, el 25 por ciento con muletas y el 8 por ciento con caminadores.

Las laceraciones fueron la lesión más común y la mayoría de los niños no fueron hospitalizados, aunque cuatro de cada 100 lesiones fueron lo suficientemente graves como para demandar internación.
Las lesiones con sillas de ruedas y caminadores provocaron traumatismos cerebrales y hospitalizaciones más prolongadas que las lesiones con muletas.
Los menores de 10 años fueron los más propensos a sufrir lesiones en la cabeza, mientras que los de 11 a 19 sufrieron más lesiones en los tobillos, las rodillas, las piernas y los pies. Según los autores, el tipo de dispositivo más utilizado en los grupos etarios explicaría las diferencias.
La mala utilización de los dispositivos causó el 7 por ciento de las lesiones.
Los niños siempre serán niños y "jugar con las muletas de otra persona o pararse en una silla de ruedas fueron los problemas que más observamos", detalló McKenzie.
Aun así, las lesiones en tres de cada cuatro casos fueron por pérdida del equilibrio o una caída al toparse con obstáculos como escaleras, rampas, pisos difíciles, hielo o humedad.
Para McKenzie, los datos no explican si a los niños se les había enseñado a usar los dispositivos, algo muy importante.
Igualmente relevante, apuntó, es mantener el dispositivo en buen estado, practicar su uso en escaleras, rampas o ascensores, y eliminar las amenazas, como las alfombras y los cables eléctricos.
McKenzie dijo que no hay forma de saber cuántas sillas de rueda, caminadores y muletas se usan en un momento dado, pero que su uso pediátrico está aumentando, en parte porque los avances tecnológicos permiten que se adapten mejor a los niños y los adolescentes.
Fuente: Pediatrics
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