Hasta el 35 por ciento de los niños que toman antibióticos tienen diarrea, explicó el equipo del doctor Daniel J. Merenstein, del Centro Médico de la Georgetown University, en la ciudad de Washington.
A veces, la diarrea es tan grave que los niños no pueden finalizar el tratamiento indicado.
Muchos informes afirman que el kéfir previene la diarrea por el uso de antibióticos.
El kéfir, que es una bebida láctea cultivada similar a un yogur bebible, es rico en probióticos, que son bacterias que están en el cuerpo humano y a veces se agregan a los alimentos o a los suplementos alimentarios para mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico.

Los antibióticos producen diarrea porque alteran las bacterias "buenas" que están en los intestinos y el kéfir posiblemente ayudaría a prevenir esa diarrea al estabilizar a las poblaciones intestinales de bacterias saludables.
Merenstein comentó a Reuters Health que su equipo se especializa en descubrir la verdad detrás de las promesas de beneficios para la salud que se les atribuyen a productos de uso masivo.
En este caso, ellos estudiaron Probugs, un producto infantil de kéfir que se vende en los supermercados de Estados Unidos.
Lifeway Foods, que fabrica Probugs, financió el estudio. En su sitio, Lifeway afirma que su kéfir es "mucho más probiótico que el yogur, con 10 cultivos vivos que trabajan en el cuerpo para reforzar las defensas, mejorar la digestión, eliminar la enfermedad y mucho más".
Los autores probaron la efectividad de Probugs en un estudio cuidadosamente controlado sobre 125 niños de entre 1 y 5 años, a los que sus médicos les habían indicado antibióticos por varios motivos.
Durante 10 días, se les combinaron los antibióticos con el kéfir; a la mitad de ellos, se les dio kéfir calentado previamente para matar los probióticos.
Los niños, sus padres y los médicos y enfermeras participantes no supieron qué niño bebió el kéfir real y cuál, el inactivo.
"No hubo diferencias en la incidencia de diarrea" entre ambos grupos, publicó el equipo en Archives of Pediatric and Adolescent Medicine.
Asimismo, el kéfir real no alivió el dolor estomacal, los vómitos, la irritación y el letargo, ni redujo las ausencias a la escuela, entre otros factores.
El estudio proporcionó "algunos datos interesantes" y "promisorios del papel del kéfir en la prevención de la diarrea por antibióticos", dijeron los autores.
En niños de entre 3 y 5 años, por ejemplo, Probugs previno la diarrea, ya que se registraron más casos de diarrea entre los chicos que habían bebido el producto inactivo.
Los varones que bebieron el kéfir inactivo tuvieron un 25 por ciento más diarrea que aquellos que tomaron el kéfir real. No se observó esa diferencia en las niñas.
Por último, el kéfir Probugs funcionó mejor para prevenir la diarrea en un subgrupo de niños con peor calidad de salud.
"Nuestra teoría es que el kéfir no ayudó demasiado a los niños sanos (en el estudio) porque quizás ellos no necesitaban un refuerzo de las defensas", declaró Merenstein.
"Tuvimos una población realmente sana de participantes", comentó el autor a Reuters Health, y agregó que en zonas no tan pobladas, donde la salud de los niños no es la mejor, el kéfir proporcionaría un beneficio más significativo en la prevención de la diarrea.
Entonces, si el kéfir no previene significativamente la diarrea en niños sanos, ¿beberlo les aporta algún beneficio o les iría igual de bien con sólo beber leche?
"Esa es una pregunta interesante", dijo Merenstein. "El kéfir, como la mayoría de los yogures, es un 'snack' muy saludable que aporta proteína, calcio y vitamina D", añadió.
"Pero eso también lo hace la leche (...) Diría que el kéfir es una alternativa saludable para los niños que no quieren tomar leche o un snack muy saludable", indicó el investigador.
Merenstein concluyó: "Quizás no previene la diarrea en los niños bajo tratamiento con antibióticos, pero se necesitan más estudios para confirmar sus efectos".
Fuente: Archives of Pediatric & Adolescent Medicine, agosto del 2009
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