
La investigación reveló que quienes tienen presión sanguínea diastólica alta, que es la cifra más baja de la doble lectura, eran más propensos a padecer deterioro "cognitivo" o del pensamiento, o problemas de memoria, que las personas que presentaban un número normal en ese indicador.
Por cada 10 puntos de aumento en la lectura, la probabilidad de una persona de tener problemas de pensamiento era un 7 por ciento mayor.
Los resultados se mantuvieron incluso después de que los investigadores ajustaron otros factores que podían afectar la capacidad cognitiva, como la edad, la condición tabáquica, el nivel de ejercicio, educación, diabetes o colesterol.
Estos hallazgos, publicados en la edición del 25 de agosto de la revista Neurology, provienen de un análisis de datos de 19.836 personas que participaron en un estudio a largo plazo.
Un total de 1.505 de los sujetos, o el 7,6 por ciento del grupo, tuvieron problemas cognitivos, y 9.844, o el 49,6 por ciento, tomaban medicación para la presión elevada. La hipertensión se define como una lectura igual o mayor a 140/90 o por el consumo de fármacos para controlarla.
Tras ajustar los datos según una serie de factores, la presión arterial diastólica alta se relacionó directamente con un incremento del riesgo de problemas cognitivos, los cuales se registraron a través de pruebas estándar, informó el equipo del doctor Georgios Tsivgoulis, de la University of Alabama.
"Es posible que prevenir o tratar la presión arterial elevada pueda evitar el potencial deterioro cognitivo, que puede ser un precursor de demencia", indicó Tsivgoulis en un comunicado.
La investigación demostró que la presión sanguínea diastólica alta puede debilitar las pequeñas arterias del cerebro, lo que causaría daño en ese órgano.
En un comunicado, el doctor Walter J. Koroshetz, vicedirector del Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos y Accidente Cerebrovascular, señaló: "Esta última información sugiere que la presión arterial alta sería un factor de riesgo del deterioro cognitivo".
"Pero serán necesarios más estudios para comprender la vinculación causa-efecto", añadió Koroshetz.
Fuente: Neurology
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