
El mundialmente conocido tango argentino es utilizado por médicos, desde Italia hasta Australia, para tratar enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, así como fobias sociales y problemas matrimoniales.
En el cuarto piso del hospital psiquiátrico más grande de Buenos Aires, los pacientes bailan el tango con médicos y enfermeras.
"El tratamiento no es sólo acerca de fármacos y terapia. También se trata de darles un buen rato para que disfruten", dijo Trinidad Cocha, una psicóloga que imparte una clase semanal de tango terapia en el hospital Borda de Buenos Aires.
"Se relajan y nos quitamos todos los títulos. Aquí no somos doctores, enfermeras, músicos o pacientes. Sólo somos bailarines de tango", dijo la terapeuta, mientras parejas giraban en la pista improvisada del hospital.
Cocha añadió que su clase le ha devuelto a sus pacientes el interés por su apariencia y su higiene personal.
"La próxima clase vienen bañados y bien vestidos", dijo Cocha. "Es un logro enorme. Es tan gratificante ver su mejoría", afirmó.
El abrazo
Un estudio de la facultad de medicina de la Universidad de Washington en Missouri concluyó que los pacientes con Parkinson mejoraron su equilibrio después de recibir lecciones de tango.
Sus complicados pasos también han ayudado a mejorar la memoria de pacientes en Reino Unido. Y en Italia, la confianza que conlleva el apretado abrazo y su marcha dando pasos hacia atrás se utilizan en terapias conyugales.
"Con el tango tenés la ventaja de tener muchos estilos diferentes de baile para acomodarlos a cada paciente específico", dijo Martín Sotelano, director de la Asociación Internacional de la Terapia del Tango, que tiene sede en Gales.
"Te enfocás en el abrazo y en la comunicación para ayudar a parejas con problemas, en los ocho pasos básicos para el Alzheimer y la caminata del tango, que requiere tanta gracia y rigidez que puede ayudar a un paciente con Parkinson", apuntó.
Cientos de bailarines se dieron cita este mes en Buenos Aires para el Festival Internacional y el Mundial de Tango.
El baile que seduce
La mayoría de los espectáculos se presentaron en los más elegantes teatros de la ciudad. Pero los organizadores del festival también auspiciaron una presentación especial en un humilde teatro de cemento del Hospital Borda.
Los bailarines profesionales, Julio Duplaa, de 70 años, y Natacha Poberaj, de 50, se deslizaron por el escenario haciendo figuras en forma de ocho con sus piernas. Cuando se acercaron bailando frente con frente, el público les aplaudió.
Sergio Villa, de 37 años, un paciente del hospital que sufre de parálisis por años de consumir paco -una droga similar al crack, popular en los barrios más pobres del país-, dijo que el tango le ha ayudado a mejorar los movimientos de su cuerpo.
"Me encanta la música (...) Y no hay nada como el abrazo", dijo Villa.
Fuente: El economista
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