Los pájaros pían, cantan, aletean, chillan. Todos estos sonidos eran para mí una música inaudible.

Mis problemas de audición se iniciaron cuando aún no tenia 20 años, ahora tengo 63.
Tras visitas a médicos y tratamientos que no diero nresultado fueron pasando los años, hasta que a los 26 me operaron del oído derecho.
La mejoría de audición me duró apenas un mes y me quedó el oído sin entender las palabras por pérdida total de algunas frecuencias.
No podía oír los pájaros.
Los audífonos
Así pasé unos 30 años con audición menguante que se compensaba con audífonos crecientes. Pude trabajar y vivir pero cada vez mis limitaciones eran mayores. Tenía dificultades en las reuniones, no podía ir al cine, usaba cada vez mas el teletexto en la televisión, no podía ir a conciertos y...seguía sin oír los pájaros.
Pérdida de la audición
En el año 2000, de la noche a la mañana –y nunca mejor dicho, porque fue así literalmente– perdí totalmente la ya poca audición que me quedaba en el oído izquierdo.
Opté por utilizar un audífono en el otro oído, en el derecho, y así pase 5 años más, ayudándome con mi notoria habilidad para la lectura labial.
Yo creía que oía aunque… ya no oía los pájaros.
Por fin, el 15 de noviembre de 2005, y de nuevo de la noche a la mañana, desperté totalmente sordo.
Silencio
Durante dos meses justos viví en un mundo nuevo y desconocido sin oír ningún ruido, ningún sonido, ni una sola palabra. Sin embargo una actitud positiva, incluso en circunstancias terribles, permite siempre obtener algo bueno de ellas. Aprendí a vivir con esperanza. Aprecié lo que vale una familia, lo que suponen los amigos y, sobretodo, me di cuenta, al apoyarme en mi esposa, de lo que es el Amor pero con A mayúscula.
De este periodo saqué una profunda admiración para las personas que viven así y curiosamente me dí cuenta que lo que más me costaba en estas circunstancias era precisamente hablar -que al no oír- supone un gran esfuerzo.
El implante
Por fin, tras numerosas pruebas y análisis y la difícil decisión de qué oído implantar (los dos estaban al 0%) el 22 de diciembre del año pasado me colocaron la parte interna del implante. Era el día del Sorteo de Navidad de la Lotería, y a mí este año me tocó algo mucho mejor que el Gordo.
La operación fue sencilla. Duró un par de horas, y menos molesta que las anteriores que me habían hecho en cada oído. No tuve ningún dolor, ningún mareo tan sólo la ligera molestia de llevar un vendaje aparatoso que asustó bastante a mi nieta que estaba empezando a hablar y decía (según me contaron) "Yayo, pupa". A las 26 horas justas de haber entrado en la clínica salí de ella por mi propio pie y mi familia me llevó en coche a casa distante 150 km. para pasar el postoperatorio.
Volver a oír
El 15 de enero de este año me colocaron la parte externa del implante y la sensación de volver a oír fue maravillosamente increíble. Lo primero que oí fue un simple "clic" que hizo el procesador al conectarlo. Aquel clic me llenó de esperanza. Ese oído –el izquierdo– que llevaba más de 5 años sin percibir ningún sonido estaba funcionando. ¿Cómo era posible?
Seguidamente la doctora me preguntó "¿Me oye, José María?" Yo le dije que sí que la oía pero que también oía hablar a la vez a un hombre. La doctora me aclaró que no había nadie, que era mi propia voz lo que oía y que me sonaba totalmente extraña. Inmediatamente escuché a mi esposa –siempre a mi lado– y me costó contener las lágrimas. Estaba muy contento pero no podía imaginar que era sólo el comienzo de un avance en la percepción del sonido que nunca hubiera imaginado.
Salí a la calle y todos los ruidos eran extraños para mí. Mi mujer, con paciencia infinita, me los iba explicando y ayudando a interpretarlos. Me quedé de hielo cuando alpreguntarle –una vez más– "¿que ruido es ése?" me dijo "Son los pájaros". No podía ser, ¿ese ruido hacían? ¿Tan fuerte cantaban? ¿Tantos había?.
La rehabilitación
Durante seis meses ha tenido lugar, de un modo que a mí me ha parecido casi milagroso, la rehabilitación de mi sentido del oído. Este proceso de mejora es para mí la parte mas incomprensible del implante, pero afortunadamente es real. Buena parte del mérito es de la doctora que me ha ido mejorando los programas y añadiendo frecuencias a cada visita. Yo temía perder el programa viejo pero afortunadamente el procesador permite hasta 4 programas y me mantenía –para mi tranquilidad– los antiguos que ya nunca más volvía a usar y que todavía llevo.
¿Cómo hice la rehabilitación? Pues simplemente oyendo. Oía la TV, escuchaba una y otra vez las palabras que mi mujer pacientemente me grababa, llamaba multitudde veces (¡ay la factura!) al 095 que transmite información grabada de noticias, oía música en la radio y hablaba con la familia. Incluso iba a la estación de tren para oír por megafonía los avisos de llegada y salida de trenes.
¡También oía los pájaros!
Con todo esto mi capacidad de discriminación de palabras ha pasado desde el 0% antes del implante, al 56% tras el implante, el 67% un mes después, el 90% a los 3 meses y el 100 % ¡a los 5 meses!. Ya sé que otros implantados no han tenido una recuperación tan completa y tan rápida como la mía pero les animo a que continúen trabajando. Si yo lo he conseguido y con un oído más bien viejo y que llevaba 5 años sin oír nada y 30 enfermo, también ellos lo pueden lograr.
¿Qué oigo? ¿Cómo oigo?
Oigo como no he oído nunca. Yo no recuerdo haber oído NUNCA tan bien como oigo ahora. Por supuesto con los audífonos siempre mi audición fue peor que ahora, pero incluso antes de usarlos, hace mas de 40 años tampoco oía tan bien ni tanto como oigo ahora.
El sonido que da el implante, al principio es algo metálico y un poco discontinuo componiéndose las palabras de trozos ligeramente separados, es decir va un poco a golpes más que en forma de una suave onda. Pero esta sensación desaparece al cabo de muy poco tiempo –en mi caso, menos de un mes- y entonces el sonido que sepercibe es claro, nítido y de buena calidad.
También al principio cada persona a la que oía sonaba de un modo distinto del que yo recordaba de haberla oído con audífono. Ahora ya me he acostumbrado y además cuál era realmente su tono de voz ¿el de los audífonos o el que oigo ahora con el implante?.
Oigo en el cine. Oigo la TV a un volumen tal que, a veces, mi esposa es la que me pide que suba el volumen porque ella no la oye... Los ruidos fuertes los oigo fuertes pero sin que me molesten. Tan sólo en sitios muy ruidosos y con varias personas hablando a la vez tengo algo de dificultad.
También puedo hablar por teléfono tanto fijo como móvil. En sitios con poco ruido simplemente acercando el auricular a mi micrófono y si hay mucho ruido conecto la bobina. Escucho música y la radio con los mp3 que dan un sonido de gran calidad con auriculares corrientes que sitúo sobre el implante.
He hecho una lista de los sonidos que no había oído antes NUNCA en mi vida:
* El click de las teclas y los botones del ratón del ordenador.
* El ruido de arranque del ascensor de mi casa.
* El crujido del pan al comer un bocadillo.
* El tic-tac de los 3 relojes de pared de casa.
* El molesto ruido del disco duro de los ordenadores.
* El sacerdote en misa desde cualquier lugar del templo.
* El ruido del agua al hervir en un puchero.
* Las burbujas al disolverse una pastilla efervescente.
* Cómo "Los Panchos" al cantar dicen "corasón" y no corazón.
* El ruido que hace el cuchillo al pelar una manzana.
* El ruido del agua de lluvia en el paraguas.
* Los múltiples bips de aparatos electrónicos.
* A mi nieta que ya ha aprendido a hablar diciéndome "Ven, yayo".
* Y los pájaros, porque he descubierto que en el mundo hay infinidad de pájaros que pían y cantan continuamente. Tanto en las calles, como en los parques y en el campo –al que por razones profesionales debo ir a menudo– estas aves me han hecho vivir en un mundo nuevo que yo desconocía TOTALMENTE. Ésta ha sido para mí la mayor revelación. El simple piar de un gorrión me convierte en un ser afortunado que puede oír el sonido más maravilloso de la naturaleza.
www.integracion.implantecoclear.org
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