La literatura sobre personas con autismo contiene algunas referencias sobre el efecto de la mmúsica en esos individuos. Comentarios sobre el interés que tienen las personas autistas en la música abundan. Existen estudios que demuestran que la música y la terapia musical tienen efectos positivos y significantes en el tratamiento del autismo. Las actividades y técnicas que incorporan la música de una forma interactiva, pueden ser de mucho valor para las terapias de personas con autismo.
Las técnicas de la terapia musical pueden ayudar a que esas personas sean más espontaneas en la comunicación (Thaut, 1984), rompan su patrón de aislamiento (Baker, 1982; Thaut 1984), reduzcan la ecolalia (Bruscia, 1982), socialicen (Reid, Hill, Rawers & Montegar, 1975), y comprendan más lenguaje (Litchman, 1976).
Debido a las diferencias entre individuos con autismo, no existen reglas universales sobre como debe aplicarse la terapia musical. Unas personas pueden reaccionar positivamente a cierta técnica, mientras que otras lo pueden hacer negativamente.
La música puede ser una herramienta muy poderosa para romper patrones de aislamiento al proveer un estimulo externo. Pero por otro lado, la terapia musical puede crear una sobrecarga en el sistema nervioso de algunas personas con autismo, e incrementar reacciones de auto-estimulación. Un estudio de Alvin (1975) menciona varias contraindicaciones de esta terapia en personas con autismo.Algunas investigaciones han demostrado que la terapia musical afectar positivamente las conductas autistas, y ser un buen complemento para las otras terapias que se utilizan para el tratamiento de la condición.
Sin embargo, es importante señalar que solo deben utilizarse terapeutas entrenados. Existen circunstancias en las cuales la terapia musical puede tener efectos negativos, particularmente si no se practica correctamente.
La terapia musical en personas con autismo puede:Interrumpir patrones de aislamiento social y contribuir al desarrollo socio-emocional
El aislamiento social es reconocido como una de las principales características del autismo desde hace muchos años. Las manifestaciones de este aislamiento son la falta de contacto visual, falta de reacción a la estimulación física, falta de relaciones con otras personas, usualmente intereses obsesivos en objetos, y resistencia a los cambios. Aunque algunos de los síntomas del autismo se reducen con el pasar del tiempo, los déficits sociales raramente desaparecen (Thaut, 1984).Romper este patrón de aislamiento e involucrar al individuo autista en actividades externas, en vez de internas, es importante para atacar sus problemas cognitivos y perceptivos. Thaut (1984) sugiere que la terapia inicial es más efectiva en los déficits sociales, que en los otros problemas del trastorno autista.Las personas autistas, especialmente en las etapas iniciales del establecimiento de relaciones, usualmente rechazan e ignoran los intentos de contacto social iniciados por otras personas.
La terapia musical puede proveer alternativamente, un objeto de interés mutuo a través de un instrumento musical. En vez de ser amenazador, la forma, sonido, y tacto del instrumento puede muchas veces le puede fascinar al individuo autista. El instrumento, por ende, puede convertirse en un intermediario entre el paciente y el terapeuta, proveyendo un punto inicial de contacto (Thaut, 1984). Al mismo tiempo, un terapeuta entrenado puede estructurar la experiencia desde el principio de la terapia para minimizar efectos negativos tales como sobrecarga sensorial y rituales auto-estimulantes.
El sonido del instrumento, así como su aspecto visual y táctil, pueden ayudar al individuo autista a comprender que otra persona lo está creando.
La música y las experiencias musicales pueden proveer cantidades innumerables de tipos de relaciones que pueden ser la clave para una terapia exitosa. Alvin (1975), mientras trabajaba con niños autistas con esta terapia, fue capaz de atraerlos y de crear una serie de relaciones entre ellos y el instrumento, ellos y la música, ellos y el terapeuta, etc. Una vez que la barrera había sido rota y el contacto establecido, el terapeuta musical puede experimentar con una serie de experiencias estructuradas que puede seguir aumentando la atención de estos individuos, y sacarlos de su mundo.
Mientras el proceso puede ser lento y arduo, la terapia musical es una herramienta inusual y placentera que puede adaptarse para llenar las necesidades del paciente.Mientras el individuo progresa, y las relaciones comienzan a formarse, la terapia musical puede ser una forma efectiva de enseñar habilidades sociales también. Schmidt, Franklin y Eduards (1976) encontraron que la música puede ser altamente efectiva al darle forma a conductas sociales apropiadas. Reid, Hill, Rawer & Montegar (1975) notaron que la música es un instrumento muy importante para enseñar habilidades sociales, que a la vez pueden facilitar el mejoramiento de niños que antes estaban totalmente aislados.
Además, encontraron que los cambios de conducta que acompañan las terapias musicales se generalizan eventualmente a las demás terapias.La terapia musical se puede estructurar para garantizar una mejoría en las personas con autismo. Aunque las interacciones verbales puedan ser limitadas, las interacciones sociales pueden incrementar cuando los pacientes aprenden en un ambiente estructurado y adaptado a ellos. Nelson, Anderson y González (1984) sugieren que el déficit social en los niños autistas es la parte más tratable de la condición, especialmente en el contexto de la terapia musical.Facilitar la comunicación, verbal y no-verbalLas dificultades en la comunicación funcional de los niños con autismo parece depender fundamentalmente en su inhabilidad para manipular símbolos y representaciones simbólicas (Nelson, 1984). En otras palabras, el individuo parece no poder “ver” o “escuchar” mentalmente algo que no está representado en el ambiente.
El lenguaje, un sistema simbólico verbal, es difícil de entender para ellos. El lenguaje autista está siempre acompañado por mudera, jeringosa, ecolalia, o iniciativa de comunicación limitada.La terapia musical en el área de comunicación trata de incentivar la verbalización y de estimular los procesos mentales con respecto a la conceptualización, la simbolización, y la comprensión (Thaut, 1984). En el nivel más básico, la terapia musical trabaja para facilitar y soportar el deseo o la necesidad de comunicarse. Acompañamientos improvisados durante las expresiones habituales del paciente pueden demostrar una relación de comunicación entre la conducta del mismo, y las notas musicales. Los niños autistas pueden percibir estas notas más fácilmente que acercamientos verbales.
Mientras los niños autistas comienzan a mostrar intensiones comunicativas (verbales o no-verbales), la música puede usarse para motivar la vocalización. Alvin (1975) sugiere que aprender a tocar instrumentos de viento es de algunas formas equivalentes a aprender a vocalizar. También puede ayudar a utilizar los labios, lengua, mandíbula y dientes. El uso de patrones melódicos y rítmicos fuertes durante las instrucciones verbales también ha sido demostrado como beneficioso al mantener la atención y para la comprensión del lenguaje hablado (Thaut, 1984; Mahlberg, 1973). Nelson (1984), en un estudio de varios reportes, que algunos juegos musicales fueron los responsables de las primeras vocalizaciones inteligibles de varios pacientes. Litchman (1976) encontró incrementos en la comprensión del lenguaje cuando la música fue utilizada durante el proceso de aprendizaje. Alvin (1975) también menciona como la música puede establecer un enlace importante entre padres e hijos, proveyendo un canal de comunicación y un modelo de cómo ambas partes se pueden relacionar.También ha sido comprobado que la terapia musical puede en algunas instancias reducir las vocalizaciones no comunicativas que pueden impedir el progreso durante el aprendizaje del lenguaje. Bruscia (1982) obtuvo resultados dramáticos cuando utilizó la terapia musical en el tratamiento de ecolalia. Los procedimientos terapéuticos lograron reducir la ecolalia de los pacientes del 95% a un 10%.
Otra conclusión de los estudios es que las habilidades obtenidas durante la terapia musical son generalizadas por los pacientes.Reducir conductas consecuencias de problemas de percepción y de funcionamiento motor, y mejorar el desarrollo en estas áreas.Existen conductas patológicas en los niños autistas en las áreas de percepción y motoras. Estos trastornos pueden guardar relación a la dificultad en procesar estímulos sensoriales. Las características de estos trastornos incluyen hipersensibilidad sensorial, preferencias táctiles, y evasión de estímulos sensoriales nuevos. Los problemas motores se manifiestan como retardos en el desarrollo motor fino, y motor grueso, conductas autoagresivas, movimientos estereotipados, etc.
Las técnicas de la terapia musical están inicialmente encaminadas a reducir estas conductas, o romper estos patrones. Actividades rítmicas y musicales pueden ser útiles (Thaut 1984). Soraci, Deckner, McDaniel & Blanton (1982) encontraron que la música que posee ciertas características rítmicas es efectiva para reducir ciertas conductas estereotipadas. Al sumergirse en estas conductas, los niños autistas suelen desconectarse de la realidad, pero cuando las mismas son reducidas, es posible generar un ambiente de aprendizaje productivo.
El terapeuta musical también puede estructurar la experiencia musical de tal forma que las reacciones a la música sean adaptivas y no-repetitivas (Nelson, 1984). Facilitar la auto expresión y promover la satisfacción emocionalLos niños autistas usualmente muestran una marcada ausencia de respuestas afectivas al estimulo, y esto se atribuye a que existe algún defecto en el procesamiento de estos estímulos.
Ya que muchas personas autistas responden favorablemente al estimulo musical, no es raro de que la música se utilice como una herramienta para motivar a estas personas. Las respuestas afectivas positivas de estos individuos pueden mejorar su participación en otras actividades diseñadas a promover lenguaje y socialización. Además, la música puede proveer un contexto muy útil para incentivar el desarrollo de la curiosidad y del interés exploratorio de los estímulos por el hecho de que es placentera (Nelson 1984). La terapeuta musical Juliet Alvin (1975) contiende que la terapeuta musical y el ambiente del lugar donde se efectúa la terapia son importantes para que el tratamiento sea útil. La terapia musical no es solo un proceso en el cual se utilizan las fortalezas del individuo para mejorar sus debilidades, sino también un proceso para refinar y mejorar esas fortalezas.
1 comentario:
Buenas!,
Me ha encantado el articulo y me ha encantado volver a leerte, voy a recomendar esta web a todos mis amigos.
Saludos!
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