Entendemos que el término "alergias" es bastante amplio y que describe un tipo de problema que aparece en diferentes modalidades y patrones. Algunos niños podrán tener alergias sin presentar otro tipo de problemas asociados, mientras que otros niños con ciertos diagnósticos, como asma, podrán presentar las alergias en conjunto con este trastorno. La misma verdad se aplica a la disfunción en integración sensorial (DIS). Algunos niños tendrán síntomas de disfunción sensorio integrativa sin presentar otro tipo de problemas o diagnóstico, mientras que otros niños tendrán DIS en conjunto con otras dificultades médicas o trastornos del aprendizaje.
Algunos diagnósticos están mas comúnmente asociados a DIS que otros. Niños con diagnósticos relacionados al déficit atencional con hiperactividad se les ha encontrado una fuerte relación con la DIS.
Los trastornos del aprendizaje son un ejemplo de diagnósticos que suelen conllevar problemas de integración sensorial. Comúnmente la DIS asociada a dificultades en el aprendizaje se debe al ineficiente funcionamiento del sistema "vestibular", un sistema sensorial extremadamente importante que contribuye a muchos aspectos del aprendizaje. Algunos investigadores han estimado que hasta el 50% de niños con trastornos de lectura tienen también problemas de funcionamiento vestibular.
Uno de los diagnósticos que rápidamente ha cobrado importancia es el autismo. Este desorden de base neurológica asociado a trastornos del desarrollo del habla y lenguaje, déficit en las habilidades sociales, y comportamientos bizarros esta también fuertemente asociado a anormalidades en el sistema sensorio-motor. Los niños con autismo suelen tener su fuerte en la percepción visual, pero presentan síntomas de trastornos en el tacto, movimiento, percepción auditiva, esquema corporal, dificultades de planeamiento motor y por sobre todo respuestas a estímulos sensoriales que son inusualmente exageradas o muy pasivas (a esto se le llama problemas de "modulación sensorial".)
Existe otra variedad de trastornos y diagnósticos menos conocidos que tienden a conllevar DIS. Además de los desórdenes de base neurológica y del desarrollo, condiciones inadecuadas en el ambiente tales como exposición a drogas en el periodo pre-natal o la deprivación sensorial, también contribuye a desarrollar problemas de integración sensorial.
Identificando y comprendiendo el problema
Profesionales con experiencia y conocimientos en la teoría y práctica de la integración sensorial esperan siempre identificar este tipo de problemas a la más temprana edad posible. Esto se debe a que la DIS está relacionada a la forma en que el sistema nervioso del niño procesa información. Sabemos que el desarrollo y funcionamiento de sistemas nerviosos jóvenes pueden ser influenciados de forma más significativa que aquellos de los adultos. Las partes del cerebro que internalizan información sensorial y le permiten al individuo responder a estos estímulos tienen un mayor desarrollo durante la infancia y tempranas edades.
Sabemos que hay niños que tempranamente han sido deprivados de estímulos sensoriales importantes, tales como sensaciones táctiles y de movimiento, al encontrarse en ambientes no favorables como orfanatos o condiciones de extrema pobreza que carecen de oportunidades para el juego y contacto social positivo. Estudios hechos a animales en condiciones sensoriales desfavorables han demostrado que ocurre un desarrollo atípico en este tipo de situaciones. Sin embargo, incrementando las experiencias sensoriales en el ambiente del niño tiene un efecto positivo en su desarrollo. Esta investigación, al igual que estudios que demuestran que el cerebro es moldeable en edad temprana, proveen las bases para enfatizar en la intervención temprana a niños con DIS lo antes posible.
Si hay sospechas de problemas de integración sensorial en el niño, un terapeuta se basará en una evaluación cualitativa observando cómo responde el niño a sensaciones y cómo se desempeña en varias habilidades motoras. Además complementará su evaluación con tests específicos para medir alteraciones en el sistema sensorial (uno de ellos es el SIPT "Sensory Integration and Praxis Test"). Para administrar este tipo de test se requiere de un entrenamiento especializado por parte del terapeuta, el cual recibe un grado y certificado de administración e interpretación del SIPT. Las evaluaciones se acompañan de entrevistas a los padres y profesores para reunir toda aquella información significativa para completar la evaluación. Luego el terapeuta podrá determinar si existe un problema y qué tipo de intervención sería la mas apropiada.
Luego de ser determinado que el niño tiene una DIS, las preguntas más comunes de los padres son: "¿Se le irá a pasar?" "¿Cuánto tiempo estará con este problema?" "¿Al madurar con la edad se le pasará?" Cuando los padres se interesan en este tipo de problemas, y se preocupan de preguntar y averiguar, ya han dado comienzo a una intervención exitosa. Es fundamental informarse lo más posible acerca de la DIS para así asistir al niño en todas las áreas posibles. Padres bien informados y al tanto con la terapia son capaces de ayudar mucho a sus hijos, aprenden a reconocer cómo el niño aprende, cómo la DIS los afecta en su comportamiento, desarrollo de habilidades e interacciones sociales.
La investigación documenta que las estructuras y funciones del cerebro y del sistema nervioso son "cambiables", sobre todo en personas jóvenes. La palabra "plástico" o "plasticidad" es usada para describir esta característica del cerebro. El hecho de que el cerebro sea plástico nos permite ser afectados por las experiencias que vivenciamos, especialmente durante el desarrollo temprano, de manera positiva o negativa. Nos referíamos anteriormente acerca de niños cuyo desarrollo estaba siendo afectado por condiciones de deprivación ambiental (por ejemplo en un orfanato) y que estos niños podrían adquirir grandes aptitudes una vez creadas las condiciones y oportunidades para un mas óptimo desarrollo. El mismo principio rige para niños con DIS. Estos niños necesitarán recurridas oportunidades para vivir experiencias que ayudarán a sus sistemas nerviosos enviar e interpretar mensajes (información) de forma más eficiente.
A pesar de la gran importancia de las funciones de integración sensorial, éstas son sólo una parte de lo que determina nuestro éxito o fracaso en la vida. Inteligencia, personalidad, temperamento y persistencia son también características que jugarán un rol importante en lograr que un individuo logre llevar o no una vida productiva y satisfactoria. Lo más importante que puede hacer un padre por un hijo con DIS es procurar de que este problema no interfiera con aquel proceso de alcanzar una vida plena. Esto es logrado a través de una combinación de intervención y entendimiento.
Comprendiendo el tratamiento
Existen tres maneras para enfrentarse a problemas de DIS. Una de ellas es desarrollar estrategias para compensar el trastorno. Un ejemplo de esto puede ser visto en un niño el cual es incapaz de aprender a amarrarse los cordones de los zapatos (debido al déficit en habilidades de percepción visual y planeamiento motor.) La estrategia de compensación al problema es comprarle a este niño zapatos sin cordones (con otros sistemas de broche, más sencillos, como velcro.) Esto aliviará al niño y le permitirá ignorar esta dificultad por un tiempo. Otra manera de enfrentar el DIS es desarrollar una forma estructurada de ejecutar una función especifica y practicarlo varias veces hasta que éste se transforme en automático. Así se le puede enseñar a un niño a amarrarse los zapatos con suficiente práctica, pero el mismo niño necesitará ayuda al tener que atar nudos en objetos distintos, como cintas en un regalo. Por lo tanto, este enfoque ofrece una inmediata solución práctica a un problema específico, pero no la solución al problema en sí para diferentes situaciones.
Un tercer enfoque es proveer terapia que mejore las funciones y aptitudes de base, de manera que el problema actual se vea disminuido hasta desaparecer. Mejorar una función es el enfoque principal de una terapia que utiliza un modelo de integración sensorial. La terapia dirigida a mejorar funciones básicas en el sistema nervioso es posible debido a la característica de "plasticidad" cerebral. Tal como los niños desarrollan habilidades y capacidades a través de las experiencias cotidianas, al tener oportunidades para cierto tipo de desafíos y actividades también pueden tener influencia en su desarrollo. Lo paradojal de este enfoque es que es un proceso complejo que requiere de años de estudio y formación especializada por parte del terapeuta, pero que al suministrarse apropiadamente aparenta una forma de juego.
No existe un protocolo o régimen prescrito para la terapia dirigida a mejorar funciones de integración sensorial. Cada niño es diferente y por esto requiere de interacciones diferentes. Se podría hacer una comparación con el "ser padre". Padres que conocen a sus hijos aprenderán a interpretar sus "signos y señales" y saber qué cosas hacer para ayudar a que sus hijos respondan, se comporten y aprendan de la mejor manera posible. Es similar para los terapeutas. Armados de conocimiento de cómo el sistema nervioso responde y desarrolla funciones, los terapeutas se esforzarán para conocer a cada niño de tal manera que les permita la selección efectiva de actividades elegidas sólo para ese niño en particular. Un niño que disfruta de lo que está haciendo, estará mas motivado y persistirá durante momentos de mayor desafío en la terapia. Un ambiente de juego es la principal característica de este tipo de terapia.
Los sentimientos de placer y satisfacción de una participación exitosa en estas actividades significativas pueden hacer que un niño se sienta feliz, organizado y completo. Se suelen oír comentarios de muchos niños diciendo cosas como, "No quiero irme nunca de aquí" o "Desearía que esta terapia no termine jamás".
Efectos de la terapia
Como el principal enfoque de la terapia que utiliza una aproximación de integración sensorial es cambiar e influenciar el desarrollo de funciones neurológicas básicas, el progreso no es siempre evidente en forma inmediata. Sin embargo, las experiencias sensoriales pueden ser poderosas y a veces los niños podrán demostrar notorios cambios durante e inmediatamente después de una sesión de terapia.
Mientras que algunas actividades terapéuticas de integración sensorial puedan tener efectos inmediatos sobre áreas como la atención, estados de ánimo, producción del lenguaje, postura y habilidades de organización, lo más probable que un padre note en su hijo es que éste disfruta y espera con ansias sus próximas sesiones. Estar en una situación en donde se es comprendido y apoyado, al igual que ayudado a ser exitoso, es a menudo una experiencia fortalecedora para niños con DIS.
La mejor manera de determinar si la terapia está verdaderamente produciendo cambios es estableciendo objetivos específicos orientados hacia el alcance de las habilidades que son importantes para el niño y la familia. Por ejemplo, para un niño con un problema sensorio integrativo que involucra una hiper-sensibilidad al tacto, su objetivo especifico puede ser adquirir la habilidad de tolerar un corte de pelo y un lavado de cara sin mostrar signos de incomodidad. Para otro niño con una pobre habilidad para coordinar ambos lados del cuerpo, su objetivo especifico podrá ser lograr pedalear una bicicleta. Por la razón de que este tipo de cambios suelen suceder gradualmente con el tiempo, es importante documentar los asuntos a tratar a través de estos objetivos propuestos para así poder medir los cambios a futuro.
La efectividad de la terapia dirigida a mejorar funciones de integración sensorial es difícil de medir con puntajes. Familias comentan comúnmente cosas como, "la vida nos parece menos estresante ahora," "le va mejor en la escuela," "mi hijo y yo nos sentimos menos frustrados que antes," y "ahora mi hijo tiene amigos." Este tipo de cambios cualitativos en el diario vivir son el objetivo general de este enfoque terapéutico.
Que hacer para ayudar a la terapia
Aparte de entender y apoyar a los hijos durante el proceso de la terapia, los padres deben comprometerse a mantener una consistencia en el tratamiento, es decir, llevar al niño a todas sus sesiones.
Además deberán mantenerse lo más informados posibles acerca de lo que está ocurriendo en la terapia. Mientras más un padre entienda los desafíos y dificultades de su hijo, más será la ayuda que podrá proporcionarle. Es importante que un padre comprenda de qué maneras el problema de DIS le está afectando a su hijo en su diario vivir y en qué áreas. Mantener una buena comunicación con el terapeuta le permitirá llevar lo aprendido a la casa, colegio y comunidad, y continuar aplicando estos conocimientos en el diario vivir de su hijo y ayudarlo a experimentar formas de sentirse más cómodo y exitoso.La aplicación de los principios terapéuticos, conceptos y actividades en la casa, el colegio y comunidad proveerá los mejores resultados posibles de la terapia para cualquier niño.
Traducción de fragmentos del libro "Love, Jean" por Zoe Mailloux
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