Dado que no existe vacuna ni tratamiento específico para evitar la enfermedad, la medida más importante de prevención es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos. Incorporar hábitos de higiene y desinfección doméstica ayudará a controlar la proliferación del agente transmisor de este mal.
El dengue es un problema creciente para la Salud Pública Mundial debido al cambio climático, el aumento desorganizado de la población en áreas urbanas, la insuficiente provisión de agua potable, la inadecuada recolección de residuos y la gran producción de recipientes descartables y neumáticos desechados que sirven como criaderos de mosquitos. A estos factores se suman el aumento de los viajes y las migraciones, y el control insuficiente de los vectores, elementos que impactan en la proliferación de esta enfermedad.
En la Argentina, el dengue es epidémico y la ocurrencia de casos se restringe a los meses de mayor temperatura, en estrecha relación con los brotes de países limítrofes.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el mundo se producen 50 millones de casos de dengue por año. Actualmente se estima que el 40% de la población mundial está en riesgo de adquirir la enfermedad. Durante 2011, en nuestro país se registraron sólo tres casos de dengue, aunque el número de infectados en Bolivia, Paraguay y Brasil nos alerta sobre una incidencia creciente en la región.
El dengue es una infección viral transmitida por mosquitos que se manifiesta con un cuadro severo similar a la gripe, y a veces con una complicación potencialmente mortal denominada dengue hemorrágico. La infección se transmite por la picadura de mosquitos del género Aedes hembra que adquirieron el virus al alimentarse de sangre de una persona infectada. Las manifestaciones clínicas de esta enfermedad varían según la edad del paciente e incluyen: fiebre, erupciones cutáneas, dolor de cabeza severo (particularmente detrás de los ojos) y dolores musculares y articulares.
En la actualidad no existe vacuna contra esta enfermedad, el único método de prevenir la transmisión del virus del dengue es combatir los mosquitos vectores. Este insecto se reproduce en lugares donde se acumula agua. Por eso, Ayudín® y FUNCEI recomiendan prácticas de desinfección en el hogar para evitar la propagación de los mosquitos:
• Eliminar todos los objetos inservibles que puedan acumular agua.
• Lavar y desinfectar los lavatorios y el patio de la casa utilizando una solución compuesta por una taza de 250 cm3 de Lavandina Ayudín® Máxima Pureza o Ultra por cada 4 litros de agua.
• Antes de aplicar la lavandina, es recomendable limpiar previamente los recipientes, eliminando el sedimento orgánico del fondo.
• Tapar los depósitos de agua que no se puedan vaciar o colocar boca abajo aquellos recipientes portátiles que no estén siendo utilizados: baldes, frascos, tachos, macetas, etc.
• Desechar latas, botellas, neumáticos y otros objetos en desuso que acumulen agua.
• Cambiar el agua de los bebederos de animales cada 3 días, así como también renovar el agua de los floreros.
• Mantener limpias, cloradas o vacías las piletas de natación durante todo el año y destapar los desagües pluviales con frecuencia.
Fuentes: Organización Mundial de la Salud (OMS) – Ministerio de Salud de la Nación
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