Los tipos de alimentos dados a los bebés parecen afectar su gusto futuro por la sal, halló un estudio reciente.
Los investigadores evaluaron la preferencia por la sal de 61 bebés cuando tenían dos meses de edad, y hallaron que eran indiferentes o rechazaban los líquidos salados, y preferían el agua.
A los seis meses de edad, los 26 bebés que habían sido introducidos a los alimentos regulares almidonados preferían los líquidos salados al agua.
Los investigadores se pusieron en contacto con las madres de 26 de los niños cuando llegaron a la edad preescolar, y hallaron que los 12 niños que habían sido introducidos a alimentos regulares almidonados antes de los seis meses eran más propensos a lamer la sal de los alimentos y a comer sal sola.
La exposición a otros alimentos regulares, como las frutas, no se asoció con una mayor preferencia por el sabor de la sal, dijeron los investigadores del Centro de los Sentidos Químicos Monell, en Filadelfia.
El estudio se enfocó en los alimentos almidonados porque incluyen comida procesada, como cereales para desayunar, pan y galletas, que con frecuencia se utilizan como alimentos introductorios para los bebés y muchas veces contienen sal añadida.
"Nuestros hallazgos sugieren que la experiencia dietaria temprana influye sobre la preferencia por el sabor salado", aseguró la autora líder y psicóloga fisiológica Leslie Stein en un comunicado de prensa del Monell.
El estudio aparece en la revista American Journal of Clinical Nutrition.
Se cree que reducir la ingesta de sodio podría prevenir más de 100,000 muertes al año y ahorrar miles de millones de dólares en costos médicos en EE. UU., según el comunicado de prensa.
Fuente: Monell Chemical Senses Center
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