Así lo aseguró la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación.
El Ministerio de Salud de la Nación informó este jueves que el primer día del año suele ser el más elegido para dejar de fumar.
Según datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, el consumo de tabaco a nivel nacional se redujo de 29,7% -en 2005- a 27,1% –en 2009–. Sin embargo, aún mueren 40 mil personas en Argentina cada año por causa del tabaquismo, de los cuales 6 mil son fumadores pasivos, es decir que no fuman pero que conviven en ambientes contaminados por humo de cigarrillo.
Es por eso, que la cartera sanitaria difundió los beneficios de dejar de fumar y aseguró que el primer día de enero es el más elegido para abandonar el tabaquismo.
“La decisión puede dispararla un pedido de nuestros hijos u otros familiares, el consejo de un médico o la sana elección de empezar una nueva vida, liberada de las ataduras con las que el tabaco nos condiciona”, aseguró el viceministro de Salud, Eduardo Bustos Villar, quien instó a los fumadores “a dejar el hábito para así ganar salud y calidad de vida”.
Por su parte, el coordinador del Programa Nacional de Control del Tabaco, Mario Virgolini, afirmó que "cuanto antes se deja de fumar, mejor es, ya que el organismo tiene más tiempo para recuperarse de todos los daños que ha sufrido por el consumo de tabaco”, e indicó que “existen servicios para dejar de fumar en todo el país, por lo que obtener ayuda una vez que se ha decidido dejar el cigarrillo es fácil”.
Aseguró que al dejar de fumar, los beneficios en el organismo se observan inmediatamente, ya que a los 20 minutos, la presión arterial y la frecuencia cardíaca regresan a su nivel normal. Además, la ropa, el pelo y el aliento ya no estarán contaminados con el olor y con las 7 mil sustancias tóxicas que contiene el cigarrillo.
A las ocho horas de estar libre de tabaco, la respiración es más profunda y mejora la oxigenación pulmonar. A las 48 horas, se normalizan los sentidos del gusto y del olfato; mientras que a las 72 horas de haber prendido el último cigarrillo, se normaliza la función respiratoria.
Luego de un mes de haber abandonado el cigarrillo, aumenta la capacidad física, por lo que el rendimiento para realizar ejercicio será mucho mayor. A los seis meses, se reducen los catarros, los resfrios y las molestias que puede haber en las vías respiratorias. Y, al año, disminuyen las probabilidades de padecer accidentes cerebrovasculares e infartos.
Fuente: impulsonegocios.com
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