El trabajo ha estudiado el código genético de más de 72.000 personas entre enfermos y grupos de control y concluye que la clasificación de los ictus según su causa va más allá de la propia enfermedad y se traduce también en claras diferencias genéticas entre los tres subtipos de ictus isquémicos conocidos.
Estos hallazgos tendrán, a la larga, un gran impacto clínico, pues cambian la forma de ver el ictus pero, sobre todo, son la puerta de acceso a la búsqueda de dianas terapéuticas específicas para cada uno de estos subtipos. El estudio se ha publicado en la revista The Lancet Neurology y se trata de un estudio multicéntrico y sin precedentes.
El estudio -llamado Metastroke- discrimina, en clave genética y sin dudas, entre 3 subtipos de ictus isquémico: aterotrombótico, lacunar y cardioembólico. Ya se conocían los 3 subtipos y se habían clasificado así según su causa. El hecho de que se demuestre que, a nivel genético, estos tres subtipos de ictus parecen tres enfermedades diferentes abre un nuevo abanico de posibilidades diagnósticas y terapéuticas.
Fuente: tendencias21.net
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