"Las personas son algo complacientes y piensan que como no ven fumar tan a menudo (...) dejó de ser un problema", dijo la doctora Karen Wilson, del Hospital de Niños de Colorado, Aurora, que dirigió el estudio. "Pero aún debemos proteger a los niños del humo de segunda mano".
Los CDC explican que el tabaquismo pasivo causa en los niños infecciones de oído, trastornos respiratorios e infecciones pulmonares, además de producir hasta 15.000 internaciones anuales de menores de 18 meses.
Aun así, el nuevo estudio es el primero sobre el efecto del humo de segunda mano en los niños con influenza. El equipo de Wilson analizó las historias clínicas de 117 niños internados por influenza en un hospital de Nueva York entre el 2002 y el 2009.
Las historias clínicas del 40 por ciento de los niños incluía la exposición al humo de segunda mano, un porcentaje levemente menor que el 53 por ciento del promedio nacional de exposición de los menores de 11 años que estimaron los CDC en el 2008.
Durante los siete años de estudio, el 18 por ciento de los niños con gripe debió ingresar a terapia intensiva y el 6 por ciento debió ser intubado. La internación duró dos días.
El equipo determinó también que el 30 por ciento de los niños expuestos al humo de cigarrillo necesitó cuidados intensivos, comparado con el 10 por ciento de los niños sin esa exposición. Los porcentajes de intubación en esos grupos fueron, respectivamente, del 13 y 1 por ciento.
Las internaciones fueron un 70 por ciento más prolongadas en los niños expuestos al humo de segunda mano: cuatro días versus 2,4 días del grupo sin exposición. Si los niños tenían gripe y una enfermedad crónica, la hospitalización aumentaba a 10 días si habían estado expuestos al humo de segunda mano y a tres días si no lo habían estado.
"Sabemos que (el humo de segunda mano) es malo para los niños por muchos motivos", dijo la doctora Susan Coffin, del Hospital de Niños de Filadelfia. "Con este estudio observamos que la exposición al humo no sólo eleva el riesgo de internación, sino también agrava el curso de la enfermedad".
El estudio, publicado en The Journal of Pediatrics, tiene limitaciones. Los autores escriben, por ejemplo, que los niños con enfermedades graves habrían tenido más controles de rutina, lo que induciría una subestimación de la cantidad de niños expuestos al humo de tabaco.
Aun sí, para los autores, los resultados muestran la necesidad de mejorar la pesquisa durante la atención de los niños con gripe en las salas de ER.
"Un niño que llega al hospital y estuvo expuesto al humo de tabaco, tendrá más riesgo de desarrollar una enfermedad más grave", dijo Wilson. Saberlo, agregó la autora, ayudaría a los médicos a tomar mejores decisiones terapéuticas.
Fuente: The Journal of Pediatrics, online 6 de agosto del 2012
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