De 1997 a 2010, hasta 40,000 niños menores de 13 años han sido tratados en salas de emergencias por ingerir las pequeñísimas pilas, según la Comisión de Seguridad de los Productos del Consumidor de EE. UU.
"Este es un problema que hemos conocido debido a todos los dispositivos electrónicos que las personas poseen", lamentó la Dra. Amanda Porro, pediatra del Hospital Pediátrico de Miami, que no participó en el informe.
"Los padres tienen que mantener esos dispositivos fuera del alcance de los niños", aconsejó, y añadió que una de las consecuencias más peligrosas de tragarse una pila de botón es que se atore en el esófago del niño.
"El niño podría tener solo síntomas vagos", dijo Porro. "A menos que haya visto al niño tragarse la pila, es muy difícil de diagnosticar, y se necesita una radiografía para ver la pila", apuntó.
Porro sugiere mantener las pilas bajo llave y fuera del alcance de los niños. "Si un padre ve a un niño tragarse una pila, deben acudir a la sala de emergencias de inmediato porque puede haber daño significativo en un plazo de una a dos horas. Es una verdadera emergencia", enfatizó.
El informe aparece en la edición del 31 de agosto de la revista de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.,Morbidity and Mortality Weekly Report.
Con el paso de los años, el número de niños tratados por ingerir pilas ha aumentado 2.5 veces, de 1,900 en 1998 a 4,800 en 2010. En la mayoría de casos, los niños fueron tratados y dados de alta, pero diez por ciento fueron hospitalizados, según el informe.
Trece niños murieron por tragarse pilas de 2002 a 2010, en comparación con uno en 1998. Generalmente, esas muertes fueron causadas porque los contenidos tóxicos de las pilas se salían en el esófago de los niños, donde se había atorado la pila, halló el informe.
Cuando las baterías se atoran en el esófago de un niño, pueden ocurrir quemaduras graves en menos de dos horas, y puede haber una hemorragia grave tras dos semanas, según el informe.
Con frecuencia, esos casos pueden ser difíciles de diagnosticar, y en varios casos los niños murieron porque la batería atorada se pasó por alto, según el informe.
"Los padres y cuidadores deben estar conscientes de los peligros potenciales asociados con la exposición a pilas (sobre todo la ingestión de pilas de botón) y asegurar que los productos que los contengan se mantengan fuera del alcance de los niños o que las pilas estén encerradas con seguridad en el producto", escribieron los investigadores.
"Debido a que los retrasos en el diagnóstico y el tratamiento pueden llevar a complicaciones graves y a la muerte, cuando se sospeche que un niño se ha tragado una pila, se debe buscar atención médica rápidamente. También es importante reconocer que los niños tal vez se muestren renuentes o no puedan decir que se han tragado una pila o que le dieron una a un hermanito", añadieron los investigadores.
Fuentes: Amanda Porro, M.D., pediatrician, Miami Children's Hospital, Miami, Fla.; Aug. 31, 2012, Morbidity and Mortality Weekly Report, U.S. Centers for Disease Control and Prevention
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