La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, se basa en un estudio con ratones alimentados con una dieta que contiene sólo el 70% de los alimentos que consumen normalmente.
Los científicos hallaron que una dieta baja en calorías activa la proteína CREB1, que activa una serie de genes relacionados con la longevidad y la buena función cerebral. Los investigadores habían descubierto anteriormente que los ratones que siguen una dieta baja en calorías muestran mejores habilidades cognitivas y de memoria, menor agresividad, y tienden a evitar o retrasar la enfermedad de Alzheimer. Pero no sabían la razón exacta.
Ahora han descubierto que la CREB1 regula importantes funciones cerebrales que controlan la memoria, el aprendizaje y la ansiedad, y que su actividad se reduce o se ve comprometida por el envejecimiento fisiológico, señalan los investigadores en su estudio.
Los ratones que fueron genéticamente modificados para inhibir CREB1 mostraron la misma discapacidad cerebral que los ratones que fueron sobrealimentados, lo que significa que esta proteína indica los efectos de la dieta en el cerebro.
La molécula CREB1, producida por un gen del mismo nombre, se sintetiza en grandes cantidades cuando se consume una dieta escasa en calorías. La CREB1 modera el envejecimiento del cerebro modificando la expresión de algunos genes.
Aunque ya se sabe desde hace tiempo que para vivir más hay que comer menos, estos investigadores han comprobado que la proteína CREB1 desempeña un papel fundamental en la conservación de las capacidades cognitivas.
Para los autores de esta investigación, el siguiente paso será encontrar un medio para activar la proteína CREB1 con nuevos medicamentos, de tal forma que el cerebro pueda mantenerse joven sin tener que reducir las calorías consumidas por el organismo más allá de los índices convenientes para la salud.
Fuente: tendencias21.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario