Mediante un proyecto de investigación del Área Transdepartamental de Artes Multimediales del IUNA, investigadores crearon una mesa que permite a los usuarios crear partituras musicales a partir de una interfase interactiva para la generación, transformación e interpretación de estructuras sonoras. De muy bajo costo y con software libre, se espera que el prototipo contribuya a la comprensión de la música y al desarrollo de la capacidad creativa de los alumnos.
El uso de las tecnologías interactivas asociadas a la educación y generación de nuevos conocimientos es cada vez más frecuente como vía para mejorar la calidad educativa y formar individuos que puedan dar respuesta a las nuevas exigencias de la sociedad. La educación musical no es ajena a estos avances, puesto que los desarrollos tecnológicos ponen al alcance de cualquier persona las expresiones musicales más variadas.
En la actualidad es posible entrar en contacto con la música, con las técnicas para ejecutarla y con sus instrumentos, y se cuenta con la información necesaria para abordar cualquier género o estilo. Sin embargo, a pesar de los recursos ilimitados, la producción en cuanto a la creación infantil es escasa. Es por esto que el proyecto, a cargo del profesor y compositor musical Carmelo Saitta, permite a los usuarios crear partituras musicales.
El profesor explicó a InfoUniversidades que pensó en “cómo la informática puede utilizar mecanismos de producción musical o sonora de manera más ‘amigable’ para los niños, ya que existe una diferencia en la enseñanza de las actividades artísticas: en las artes visuales, las escénicas y hasta en literatura, el chico crea casi intuitivamente. En cambio, el trabajo en la enseñanza de la actividad musical tiene que ver más con la reproducción que con la producción misma, con lo cual creo que se posterga una capacidad a desarrollar en los chicos”.
Para estimular la creación musical en niños y jóvenes, el equipo dirigido por Saitta desarrolló un prototipo de una mesa interactiva. Ésta posee una plataforma destinada a la producción de estructuras sonoro-musicales, a través de interfases tangibles, sensibles a la gestualidad corporal que permiten una rápida y efectiva materialización de las ideas compositivas mediante la manipulación de estructuras abstractas en tiempo real.
Esta interfase tangible, operada por el usuario por medio del tacto, permite emplear objetos virtuales interconectados entre sí y fue desarrollada por los investigadores para volcarla a la creación musical. Con este objetivo se basaron en el libro de Saitta “Creación e iniciación musical: hacia un nuevo enfoque metodológico”, que plantea el acercamiento de los niños a la composición musical a partir de grafías diseñadas por el autor y que permiten al niño desarrollar su propia experiencia musical mediante el uso de símbolos asociados a las melodías, armonías, texturas de sonidos, entre otros aspectos compositivos.
La mesa interactiva aprovecha la gestualidad y la aplica a la generación de partituras analógicas. La pantalla permite al usuario realizar trazos con sus manos sobre la superficie para ser traducidos a símbolos en una grafía musical armonizada a partir de la técnica de las matrices combinatorias. El prototipo posee una pantalla multitacto, realizada sobre una superficie de acrílico con luces de led. Para el procesamiento de la información proporcionada, se le agregó una cámara de consola de videojuegos modificada para que funcione como cámara infrarroja, un proyector, un espejo y cuatro paneles de edición que permiten trabajar el tempo, la dinámica, los acentos y el scroll de cada estructura musical que se cree.
Una vez que el usuario elige las relaciones musicales y establece los acordes en una grafía, una computadora la procesa y traduce en sonidos. La cámara lee los trazos realizados por los dedos sobre la superficie sensible. Lo novedoso de esta pantalla es que capta múltiples combinatorias gestuales. Los investigadores buscaron, para un conjunto de relaciones musicales preestablecido con el primer prototipo, cuál sería el gesto que traduciría estas grafías en las diferentes alturas, timbres o armonías.
El uso de la técnica de las matrices combinatorias posibilita darle a una misma grafía diferentes características; siempre en función de las combinaciones que se generan entre lo armónico y lo tímbrico. Con este prototipo es posible crear partituras a partir de estas elecciones, sin necesidad de saber composición musical en sentido estricto. En cuanto al software, se realizaron tres plataformas que capturan los movimientos de los usuarios en la pantalla y protocolos que limpian el ruido y procesan esa gestualidad en grafías. Estas grafías se convierten en sonidos mediante un intérprete gestual que organiza la partitura.
Para el director del proyecto, la idea “es hacer una mesa que sea atractiva para que los alumnos puedan crear. Es importante señalar que realizamos prototipos muy económicos. Por otro lado, existe una idea básica de que la actividad musical, y en particular la composición, es una forma de conocimiento similar a las matemáticas o el lenguaje. Nosotros creemos que sería bueno que todos pudieran hacer música de alguna manera y éste es nuestro aporte. Para eso hay que hacer prototipos de bajo costo que sean accesibles a todo el mundo”.
Es importante destacar que el software utilizado por el equipo en la construcción de los prototipos es Open Source, de código abierto y uso libre, producido en su mayoría en el ámbito académico “por lo que es reproducible para cualquiera. La idea de este prototipo es que puede ayudar a la comprensión de la música por parte de alumnos que, en general, ven postergada su capacidad creativa”, concluye Saitta.
Fuente: infouniversidades.siu.edu.ar
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