La investigación, publicada en American Journal of Clinical Nutrition, es una de las primeras miradas a los efectos combinados de la lactancia y la cantidad de bebidas dulces (gaseosas y jugos) que consumen los niños en los primeros años de vida.
"Lo que sucede es que las madres amamantan a sus bebés y a menudo les dan jugos o Gatorade. No se dan cuenta de que eso tiene un efecto contrario", dijo Jaimie Davis, profesora de University of Southern California.
El equipo de Davis comparó a un grupo de niños alimentados sólo con leche materna durante el primer año de vida con un grupo de niños alimentado con leche materna durante períodos más cortos o sin leche materna y con bebidas dulces.
Todos tenían entre 2 y 4 años; sus datos estaban en un registro de familias del Condado de Los Angeles que recibían ayuda económica para comprar alimentos.
Con entrevistas telefónicas y el análisis de los registros de altura y peso, el equipo determinó que el 15 por ciento de los 1.480 niños estudiados era obeso y el 27 por ciento tenía sobrepeso.
Los niños amamantados durante el primer año de vida (326 niños) eran un 55 por ciento menos propensos a ser obesos que el otro grupo. Los niños que no habían consumido bebidas dulces, independientemente de si habían sido o no amamantados, eran un 70 por ciento menos propensos a ser obesos que los que más bebidas endulzadas habían ingerido.
Los niños alimentados con leche materna durante un año o más y sin bebidas dulces eran un 60 por ciento menos propensos a ser obesos que los niños que habían consumido gran cantidad de bebidas dulces y no habían sido amamantados.
Los niños amamantados durante por lo menos 12 meses y que comenzaron a consumir bebidas dulces en la niñez también eran menos propensos a ser obesos.
Aunque los resultados no prueban que las bebidas dulces o la lactancia sean la causa de estas variaciones del peso, el equipo considera que la lactancia materna podría programar biológicamente el metabolismo y la conducta alimentaria de los niños para protegerlos de la obesidad.
Alison Ventura, profesora de ciencias de la nutrición de la Drexel University, en Pensilvania, consideró que los resultados demuestran que los beneficios de la lactancia materna se prolongan en el tiempo.
"Existen muchos estudios que asocian la obesidad con la lactancia, pero es bueno ver que uno va aún más allá", dijo Ventura, que no participó del estudio.
Según Elizabeth Mayer-Davis, profesora del Departamento de Nutrición de la University of North Carolina, en Chapel Hill, los resultados son importantes para la salud pública porque es común que las madres suspendan la lactancia y les den a sus bebés bebidas dulces, como jugos.
"No hay diferencia con los tés dulces o las gaseosas", dijo Mayer-Davis, que no participó del estudio.
"Estamos haciendo que estos niños engorden a una edad muy temprana", finalizó Davis.
Fuente: American Journal of Clinical Nutrition
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