Un equipo de Brasil comprobó que la mayoría de un grupo con y sin la enfermedad intestinal, que interfiere en la capacidad del organismo de procesar ciertos granos, disfrutó del sabor y la textura de esta opción alimentaria.
En las personas celíacas, que son el 1 por ciento de los estadounidenses, el sistema inmunológico reacciona contra el gluten, la proteína del trigo, la cebada y el centeno. Consumir alimentos con gluten daña el intestino delgado, lo que impide que absorba los nutrientes.
El único tratamiento para la enfermedad celíaca es la dieta libre de gluten, es decir, sin los panes, los cereales y las pastas tradicionales.
"El desafío con las pastas sin gluten es que no se cocinan como las pastas de harina de trigo, no se mantienen bien para servir", dijo Cynthia Kupper, dietista y directora del Grupo de Intolerancia al Gluten, una organización sin fines de lucro que ayuda a las personas con intolerancia al gluten. Señaló que no serviría esa opción en una cena con invitados.
"Al servirla, se endurece o se pega. La calidad nutricional tampoco es la mejor, como en la mayoría de estas pastas", agregó.
Los autores brasileños quisieron comprobar si las pastas de harina de banana verde, que es una alternativa económica y sencilla de producir, serían distintas.
El equipo de Raquel Botelho, nutricionista de la Universidad de Brasilia, cocinó un plato de prueba: pastas hechas con harina de bananas secas, claras de huevo, agua, goma guar y xantano, que dan firmeza y elasticidad.
Los autores les sirvieron su creación a 25 participantes celíacos y a 50 personas sanas, que además recibieron una opción de pastas de harina de trigo integral como comida de comparación.
Más de cuatro de cada cinco celíacos calificó las pastas de banana verde con seis o más puntos en una escala de nueve puntos.
En cambio, el 60 por ciento del grupo sin intolerancia al gluten le dio una buena calificación al nuevo plato, aunque consideró que tenía tan buen sabor, aroma y apariencia como las pastas de harina integral, y que la textura de las pastas de banana verde era superior, según detalla el equipo en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.
Además, las pastas de harina de banana aportaron menos calorías y grasa por porción que la versión integral.
Botelho comentó que con su equipo son optimistas sobre el uso de la harina de banana verde fuera de los estudios.
"La banana verde posee sustancias bioactivas y almidón resistente que son saludables para el intestino. En general, los pacientes celíacos desarrollan trastornos intestinales si no adhieren a la dieta adecuada", explicó en un correo electrónico.
"Podemos utilizar la harina de banana verde para producir otros productos para los celíacos, como panes, galletitas y bollos para pizza", añadió.
Fuente: Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, online 21 de junio del 2012.
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