Los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco que forma parte clave del sistema inmunitario.
Los investigadores de EE. UU. sospechan que el trasplante de médula ósea, junto con una continuación de la terapia antirretroviral, resultaron en los dramáticos efectos observados ocho meses tras el trasplante. Presentaron sus hallazgos preliminares el jueves en la Conferencia Internacional del SIDA en Washington, D.C.
Los pacientes de VIH que reciben terapia antirretroviral con frecuencia logran "cargas virales indetectables", lo que significa que no hay partículas del virus en la sangre. Pero siguen teniendo VIH latente en los linfocitos, y si se detiene la terapia antirretroviral, el VIH latente se puede reactivar.
Pero no tener rastros de VIH en esos glóbulos blancos es una indicación de que ese "depósito" de VIH latente podría haber sido eliminado, creen los investigadores.
En este momento, les falta mucho para decir que estos pacientes están curados. Pero los hallazgos son "emocionantes", aseguró la Dra. Savita Pahwa, directora del Centro de Investigación en SIDA de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, quien no participó en el estudio.
"Vale la pena investigar cualquier indicio de que acabar con el depósito es posible", enfatizó.
"Eliminar el depósito es la clave de la cura", aseguró Pahwa. También enfatizó que solo sería posible decir que estos pacientes están "funcionalmente curados" si el virus no se recupera cuando los pacientes dejen la terapia antirretroviral.
Los dos hombres cuyos casos son descritos en el artículo se sometieron a quimioterapia para cánceres de sangre antes de recibir trasplantes de células madre. Uno se sometió al trasplante hace dos años, el otro, hace cuatro. Ambos también desarrollaron enfermedad de injerto versus anfitrión (cuando las células trasplantadas atacan a las células anfitrionas) y siguieron con sus medicamentos antirretrovirales durante y después de los procedimientos de trasplante.
Cualquiera de esos factores podría teóricamente explicar su estatus libre de VIH, pero el trasplante de médula ósea en combinación con la terapia antirretroviral parece ser la explicación más probable, señalaron los autores del estudio.
"Creemos que las células trasplantadas mataron y reemplazaron a todos los linfocitos de los pacientes, incluso los infectados, y las células donadas fueron protegidas de la infección por la terapia antirretroviral que tomaron durante todo el periodo del trasplante", señaló el autor principal del estudio, el Dr. Daniel Kuritzkes, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Brigham and Women's y profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston.
La enfermedad de injerto versus anfitrión probablemente también tuvo algo que ver, apuntó. "El reemplazo de las células anfitrionas con las células donadas es en sí mismo una forma de reacción de injerto contra anfitrión", explicó Kuritzkes.
Pero la única forma de verificar si el trasplante más la terapia antirretroviral pueden erradicar el VIH es detener los regímenes farmacológicos de los pacientes.
Ese sería el "próximo paso lógico", planteó Kuritzkes, y añadió que esto requeriría el consentimiento del paciente y la adherencia a los protocolos éticos.
Pero incluso si se halla que el procedimiento de trasplante elimina el depósito de células con VIH latente, el trasplante de médula ósea es un procedimiento muy arriesgado. Kuritzkes dijo que no "prevé que los trasplantes de médula ósea se lleven a cabo en pacientes infectados con VIH y por lo demás sanos a quienes les va bien con [la terapia antirretroviral]".
Kuritzkes y colegas siguen inscribiendo y siguiendo a pacientes VIH positivos que se han sometido a trasplantes de médula ósea como parte de un estudio de mayor tamaño.
Este estudio preliminar contiene ecos del llamado "paciente de Berlín", que no tiene VIH detectable en los glóbulos sanguíneos cinco años tras un trasplante de células madre para la leucemia.
Como los dos hombres sobre los que versa el estudio actual, el paciente de Berlín (Timothy Ray Brown, de Seattle) también había sido diagnosticado con VIH y también se sometió a quimioterapia (para la leucemia mieloide aguda) y desarrolló enfermedad del injerto versus el anfitrión.
Pero a diferencia de los pacientes actuales, Brown recibió su trasplante de células madre de un donante que tenía una rara mutación genética que aumenta la inmunidad contra la forma más común del VIH. Siguió libre del VIH tras descontinuar su terapia antirretroviral.
Los dos hombres descritos en esta investigación recibieron células de donantes que eran "completamente susceptibles" al VIH, señaló Kuritzkes. Esto plantea la posibilidad de que una cura podría ser posible incluso cuando el donante no porte esta mutación genética, planteó.
Dado que esta investigación no ha sido revisada por profesionales ni publicada en una revista médica, los datos y conclusiones se deben considerar como preliminares.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
Fuentes: Daniel Kuritzkes, M.D., chief, infectious diseases, Brigham and Women's Hospital, and professor, medicine, Harvard Medical School, Boston; Savita Pahwa, M.D., professor of microbiology and immunology, and director, Center for AIDS Research, University of Miami Miller School of Medicine; study abstract, July 26, 2012, International AIDS Conference, Washington, D
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